En 2018, algo más de 352.000 trabajadores españoles contaban con un contrato fijo discontinuo.
Se trata de una modalidad en cierto auge. De hecho, desde 2006, año tras año el número de fijos discontinuos ha ido creciendo, salvo en 2008. En esos 12 años, ha crecido un 71%, a pesar de la crisis económica que hubo de por medio.
[hde_related]
Motivación del contrato fijo discontinuo
El contrato fijo discontinuo está pensado para actividades estacionales que se repiten en algunos momentos del año, como el caso de los negocios veraniegos, y en las que se combinan momentos de mucha actividad con otros de parón en los que no se trabaja, de ahí el adjetivo “discontinuo”. Se trata, por tanto, de trabajos de campañas concretas.
Ello es frecuente en actividades del sector primario como las ligadas a la recolección de frutos o cualquier otra tarea que se realiza en momentos concretos del año. También es frecuente, entre otros sectores, en actividades turísticas y en otras que están muy ligadas a la evolución de la meteorología.
Con él, el trabajador sabe que, llegado el momento, tiene derecho a ser llamado para incorporarse a su puesto. Habrá un momento de inactividad, pero durante ese período podría cobrar la prestación por desempleo o desarrollar otro empleo.
La empresa, por su parte, obtiene una estabilidad, al poder contar con los mismos empleados año tras año. Al mismo tiempo logra la flexibilidad que reclama una actividad con pronunciados picos y valles.
Contrato fijo discontinuo y contrato a tiempo parcial
El Estatuto de los Trabajadores establece una regulación diferente en función de si el trabajo se repite o no en fechas ciertas. En el primer caso, se aplican las reglas del contrato a tiempo parcial; en el segundo, las del contrato fijo discontinuo.
Así, si un contrato se establece para los meses de julio y agosto de cada año, sería un contrato a tiempo parcial. Si, por el contrario, se establece para la temporada de nieve nos encontraríamos ante un contrato fijo discontinuo porque no sabemos de forma precisa en qué fechas se desarrollará.
Llamamientos en el contrato fijo discontinuo
Los fijos discontinuos son llamados en el momento en el que surge la necesidad. No obstante, puede que el pico de demanda de la empresa vaya llegando progresivamente. Por lo tanto, siendo todos ellos fijos, hay que establecer unas normas para saber quién se incorpora primero, que son marcadas por el convenio colectivo. Habitualmente, se recurre a criterios como la antigüedad o la categoría profesional.
Si, por ejemplo, no nos hemos incorporado aún y nos enteramos de que han llamado a una persona que está por detrás de nosotros, podremos reclamar ante la jurisdicción social como en caso de despido.
Forma de los contratos fijos discontinuos
El contrato debe figurar por escrito y, además, en el modelo establecido para los contratos indefinidos. En él, se recogerán, entre otras cuestiones, las siguientes referencias:
- En qué consisten los trabajos para los que se concierta.
- Dentro de qué actividad se desarrollan los trabajos.
- La duración estimada.
- En qué convenio se determina la forma y el orden de los llamamientos.
- La estimación de cuánto durará la jornada diaria durante el período de actividad y cuál será su distribución horaria.
- Si el convenio permite la modalidad de tiempo parcial a los fijos discontinuos.
- El código del contrato, que es el 300 en la modalidad ordinaria.
- Una indicación de la cuantía de las posibles subvenciones a las que tenga derecho la empresa en caso de contratación de trabajadores con discapacidad.
- También se hará figurar si se trata de un caso de conversión de un contrato temporal en uno de fijo discontinuo.
El contrato fijo discontinuo, aun no siendo el más frecuente, sí cubre una necesidad muy importante, ya que da estabilidad a la relación intermitente de muchas empresas y trabajadores, lo cual contribuye a una mayor experiencia en común, a la depuración de errores campaña tras campaña y, por tanto, al fomento de la productividad.
Imágenes| Kim Giseok, James Baltz, chuttersnap, Vladimir Ushivcev en Unsplash