Las dificultades en el crecimiento de las pymes procedentes de la propia gestión son habituales, lo cual es normal en un proceso tan desafiante y, al mismo tiempo, estimulante.
Dificultades en el crecimiento de las pymes procedentes del marketing
La comercialización es el punto de conexión de la empresa con su demanda. Los errores de marketing se traducen en menor afluencia de clientes, disminución de los márgenes, pérdidas de oportunidades de fidelización, atención al cliente descuidada, problemas logísticos y de distribución, mensajes inadecuados, productos mal enfocados, deterioro de la marca, etcétera.
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Los errores de comercialización, por tanto, dificultan el crecimiento de la demanda y, con ello, el asentamiento del proyecto. De hecho, se transmiten en cadena en múltiples facetas. Por ejemplo, es muy difícil realizar inversiones, obtener financiación o tener trabajadores suficientemente especializados sin una demanda suficiente. Además, se transmite una sensación de insuficiente conexión con el público que resta credibilidad.
Entre los errores de comercialización más frecuentes encontramos, por ejemplo:
- No hacer investigaciones de mercados.
- No segmentar adecuadamente.
- Pensar que solamente se vende un producto y olvidar la experiencia que lo rodea.
- Ser incapaces de establecer una comercialización omnicanal o, al menos, una cierta coherencia entre los canales de distribución.
- Descuidar el marketing online.
- No diseñar y poner en marcha un plan de marketing.
- Ignorar el papel de otras empresas (competidoras y colaboradoras) en nuestra estrategia de marketing.
Dificultades procedentes de la financiación
La perspectiva financiera coloca a una empresa ante el despliegue en el tiempo de sus proyectos, ante la búsqueda de fondos para realizar los desembolsos para llevarlos a cabo y ante la decisión de cómo hacer para que la empresa sea rentable para sus propietarios.
Los errores financieros, por un lado, limitan la posibilidad de realizar inversiones, haciendo más difícil asumir más demanda, limitando su modernización tecnológica y, frecuentemente, llevándola a asumir costes variables elevados que limitan el margen. En segundo lugar, pueden condenar a la empresa al pago por su endeudamiento de intereses más elevados de lo normal, lo cual puede ser un importante lastre para el crecimiento.
Entre los errores financieros más frecuentes encontramos, por ejemplo:
- No estudiar adecuadamente la influencia de la fiscalidad en la rentabilidad.
- Dejar escapar proyectos de inversión, especialmente los que implican incorporar nuevas generaciones tecnológicas.
- Falta de diversificación.
- Apalancamiento financiero muy elevado o reducido.
- Planes de negocios inexistentes, mal preparados o deficientemente comunicados a terceros.
- Desatención de la evolución de las perspectivas del entorno financiero.
- Reparto excesivamente elevado o reducido de dividendos.
- Problemas de gestión de tesorería, tales como excesos de liquidez o dificultades para atender los pagos.
Dificultades organizativas y relacionadas con la gestión de personas
Las personas, especialmente los trabajadores, son imprescindibles en el crecimiento. Por un lado, son las depositarias del conocimiento y, por lo tanto, de la capacidad de replicarlo en diferentes contextos. Por otro lado, son el puente necesario para convertir los datos en información útil y los proyectos en realidades.
Los errores en la gestión de personas se transforman rápidamente en conflictos. Internamente, se produce desorganización. Externamente, la empresa pierde capacidad para adaptarse al entorno. El crecimiento no solamente se dificulta, sino que, además, puede hacer aflorar nuevos problemas.
Entre los errores más habituales en la gestión de personas encontramos, por ejemplo:
- Errores en la confección del organigrama.
- Fallos en los flujos de órdenes e información.
- Inadecuada política de incentivos.
- Falta de planes para motivar a la plantilla.
- Incapacidad para llevar a buen puerto las negociaciones laborales.
- Ignorar la medición del desempeño.
- No confeccionar planes de carrera.
- No contar con estrategia de atracción y fidelización del talento.
- Ausencia de planes de formación continua.
- Sucesión empresarial mal planificada o ejecutada.
- Objetivos incompatibles o descoordinados de los socios.
- Trabajadores insuficientemente equipados o que cuenten con herramientas obsoletas.
Sortear las dificultades en el crecimiento de las pymes no es sencillo, pero constituye uno de los retos más estimulantes del emprendimiento. En definitiva, el emprendedor demuestra su capacidad cuando, además de tener un buena idea, estructura su proyecto adecuadamente y encuentra soluciones ante las amenazas que pueden limitar el despegue de la empresa.
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