“Earnings before interest, taxes, depreciation, and amortization” (Ebitda) es una expresión en inglés de interesante significado empresarial.
Para entendernos, su importe puede traducirse en capacidad para que nuestra empresa convenza. Eso es clave para obtener financiación externa o encontrar nuevos socios, pero también lo suele ser a la hora de establecer relaciones a largo plazo con contratos de elevado valor con clientes o proveedores.
En todos estos casos y algunos más debemos demostrar con cifras que nuestro negocio merece la pena. En esa tarea, el Ebitda ayuda a que terceros puedan visualizar mejor la credibilidad del proyecto.
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Qué es el Ebitda
Se trata de un indicador que, a grandes rasgos, pretende traducir a términos de interés financiero la información aportada por el beneficio contable.
Para ello, realiza una serie de ajustes que buscan distintas finalidades:
- Prescindir del efecto de los ingresos y gastos financieros.
- Desentendernos de la repercusión de la planificación y las circunstancias del entorno fiscal.
- Ignorar aquellos aspectos de la contabilidad que presentan mayor subjetividad y variabilidad como ajustes valorativos, provisiones o amortizaciones.
- Centrarnos en los resultados ordinarios de la empresa.
Cómo se calcula el Ebitda
No existe una única fórmula del Ebitda universalmente aceptada. Por lo tanto, lo más recomendable es partir de una cifra que aparezca en las cuentas anuales (podríamos emplear el resultado contable) y, a continuación, realizar una serie de ajustes en la línea de la filosofía del Ebitda:
- Restaríamos los ingresos que forman parte del resultado contable, pero que no deseamos que formen parte de nuestro Ebitda. Es decir, ingresos excepcionales, financieros, subvenciones, etcétera.
- Sumaríamos los gastos que no queremos considerar para calcular el Ebitda como amortizaciones, correcciones valorativas, provisiones, impuesto sobre sociedades, gastos excepcionales, gastos financieros, etcétera.
Un ejemplo de cálculo del Ebitda
Resultado del ejercicio……………………………………………………………………..……. 150
+ Impuesto sobre beneficios…………………………………………………………………..……15
– Ingresos financieros……………………………………………………………..…………………-5
+ Gastos financieros…………………………………………………………………………….…..50
+ Amortizaciones del inmovilizado………………………………………………………………………..100
+/- Deterioro y resultado por enajenaciones del inmovilizado………………………………….-50
+/- Otros ingresos y gastos no recurrentes……………………………………………………..….50
Ebitda=150+15-5+50+100-50+50………………………………………………………….……310
Como vemos, estamos haciendo un cálculo con cifras incluidas en las cuentas anuales. Normalmente, siempre habrá un capítulo de “otros” en el que se pueden introducir diferentes partidas menos habituales como diferencias de cambio, imputación de subvenciones, etcétera. En definitiva, de lo que se trata es de partir de cifras públicas que aparecen en la contabilidad y realizar una conciliación para llegar al Ebitda.
Ahora, imaginemos que otra empresa hace un cálculo diferente, donde se incluya o excluya otras partidas. Si queremos hacer comparaciones y tenemos la conciliación entre el resultado contable y el Ebitda de ambas empresas, solamente necesitaremos hacer un pequeño reajuste para que los resultados sean comparables.
Por ejemplo, podemos restar al Ebitda de nuestra empresa todos aquellos gastos que no se sumen al realizar ajustes al resultado contable en el de la otra y sumar los ingresos que no se han ajustado para calcular el Ebitda de la empresa con la que nos queremos comparar.
Para qué sirve el Ebitda
Pretende ser una cifra más comparable que el beneficio contable. De un período para otro, hemos reducido fuentes de variabilidad de los resultados, relacionadas con los aciertos y errores de inversión, financiación y gestión fiscal; las prácticas contables y los resultados extraordinarios.
Y algo semejante sucede cuando confrontamos los resultados de dos empresas diferentes y queremos centrarnos en el negocio en sí y no en todos esos aspectos de la gestión. Por eso algunas personas utilizan múltiplos del Ebitda como una primera orientación de lo que puede valer una empresa.
Qué mide exactamente el Ebitda
Viene a ser un resultado bruto de la explotación. Se centra en la actividad habitual del negocio y considera los recursos que genera antes de deducir la pérdida de valor que han tenido los activos necesarios para desarrollarla como consecuencia del uso, del paso del tiempo, de la obsolescencia tecnológica u otras circunstancias.
En todo caso, hay que tener en cuenta las limitaciones del Ebitda. Se desprende de una parte de la información contable que es clave para comprender si una empresa está bien gestionada.
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