Las empresas tienen como objetivo principal la consecución de resultados, para lo que dependen directamente de lo que aporten sus empleados a la cadena de valor. Motivar a los trabajadores se ha convertido, en los últimos años, en la piedra angular en la gestión de recursos humanos.
Existe una regla de oro: con empleados motivados, se tiene una pyme productiva.
¿Cómo afecta la motivación a los resultados de la empresa?
En 2015, en la Universidad de Warwick (Reino Unido), la investigación ‘Happiness and Productivity: Understanding the Happy Productive Worker’ puso de manifiesto la importancia de conseguir la felicidad de los empleados.
En los diferentes experimentos que realizaron, se demostró que los trabajadores que recibían estímulos positivos y conseguían felicidad en su puesto de trabajo resultaban ser un 12% más productivos que el empleado medio.
Por contra, aquellas personas descontentas, envueltas en situaciones negativas, y con cierto grado de infelicidad, llegaban a ser un 10% menos productivas que la media.[hde_related]
La productividad y la pyme
La productividad supone optimizar los recursos materiales y humanos de la empresa para generar más y mejores resultados. Ya lo dijo el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, “La productividad no lo es todo, pero a largo plazo es casi todo«. Esta frase lapidaria apunta a que el reto actual de cualquier pyme es utilizar todas las herramientas a su alcance para mejorarla.
El abanico de medidas a tomar es muy amplio. Invertir en tecnología, mejorar los procesos, transformación digital, cambiar la organización interna, etc., pero, sin duda, una de las más efectivas es mejorar la motivación de los empleados.
Cómo motivar a los empleados
Un aumento de productividad, a través de la motivación de los trabajadores, solo puede conseguirse con la participación de cada una de las personas de la empresa, beneficiándose todos de los logros y no solo el empresario.
Existen muchas alternativas para motivar a los empleados. Encontrar la combinación perfecta depende del tipo de empresa, el tamaño o las propias características de los trabajadores.
Flexibilizar los horarios laborales
En la práctica, al final, el empleado convertirá en motivación su conciliación de la vida familiar. Esta flexibilidad se puede plantear de varias formas:
- Flexibilizar el horario de entrada y salida, estableciendo un rango horario en el que hacerlo.
- Realizar parte de la jornada mediante teletrabajo, pudiendo establecer horas, incluso días, en los que no sea necesario ir a la oficina y que se pueda trabajar desde casa.
- Dar libertad de horario total al trabajador. Es la opción más abierta. Directamente no se fija un horario al empleado, sino que se le evalúa por la consecución de los objetivos marcados.
Organizar la empresa para esto no es sencillo, ya que plantea diversos retos. Entre ellos, la necesidad de coincidir en la oficina un determinado número de horas, la falta de recursos TICs, la escasa preparación del personal o la llegada de normativa que lo dificulta, como la reciente obligación del registro horario.
Crear un programa de incentivos
El salario es el principal agente motivador del empleado, por lo que es importante repensar el sistema de retribuciones. En este sentido, una de las mejores maneras de incentivar al trabajador es establecer una parte del salario como variable en función de una serie de hitos y objetivos a conseguir.
Se pueden fijar conceptos salariales por aumentar las ventas, lanzar una nueva linea de trabajo, mejorar la fidelización de clientes, reducir costes, etc.
En cualquier caso, los incentivos deben estar relacionados directamente con el rendimiento y las responsabilidades del trabajador, así como ser medibles y relevantes para los empleados.
Planes de carrera
Actualmente, los profesionales no solo buscan tener una buena remuneración económica. Existen otros factores que debemos considerar dentro de lo que se conoce como salario emocional.
Un elemento a introducir en la empresa para motivar a los empleados, y poder atraer talento a la empresa, es ofrecer planes de carrera personalizados. De esta forma, el trabajador entenderá el futuro personal unido al de la organización, con posibilidades de crecimiento conjunto.
Mejorar el espacio de trabajo
No cuidar el espacio donde una persona pasa al menos un tercio de su tiempo diario (casi otro tercio posiblemente lo pase durmiendo) es un error. Para entender esto, solo hay que echar un vistazo a los centros de trabajo de las principales empresas tecnológicas. En las sedes de Facebook o Google se puede ver a sus empleados ‘trabajando’ en sala de juegos o tumbados en una hamaca.
Un espacio diáfano, ordenado, cómodo, con zonas comunes y de espaciamiento favorece el intercambio de información y la colaboración, y se convierte en el germen perfecto para conseguir mejoras rápidas de productividad.
Implicar al empleado en proyectos
Se necesita que el trabajador se sienta parte indispensable de la organización. A través de proyectos fundamentales e innovadores para la empresa, el empleado puede generar mayor vínculo con ella, sentirse valorado y escuchado, lo que puede hacerle rendir y crecer profesionalmente.
Planes de pensiones
La realidad española y cómo está peligrando el futuro de las pensiones ofrece una oportunidad para las compañías. Es buen momento para aportar a la futura jubilación de los trabajadores de la empresa. Esta opción permite incluso tener desgravaciones fiscales.
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