Está claro que las empresas, ya sean pequeñas o grandes, nacen con vocación de crecimiento. Pero es evidente también que este no suele ser fácil; por ello, se hace necesario echar mano de estrategias de escalabilidad que nos permitan crecer y expandirnos sin fracasar en el intento (o morir de éxito).
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Precisamente el concepto de escalabilidad está de moda en los últimos tiempos aunque, como vamos a ver, hay dos maneras de entenderlo. Eso sí, en ambos casos, de lo que se trata es de entender cómo podemos hacer crecer un negocio de forma sostenible.
¿Qué es escalabilidad?
Podemos entender el concepto de escalabilidad aplicado a los negocios desde dos perspectivas. La primera alude al aumento de rentabilidad de una empresa que no le suponga un incremento de su estructura de costes en la misma proporción.
La otra se referiría a la capacidad de un negocio para crecer de manera continua y estar preparada para aumentar su tamaño sin perder calidad en su oferta de productos o servicios.
En el primer caso un ejemplo podría ser un autónomo que ha creado una web de cursos online. Para ello, como es lógico, ha invertido una serie de recursos para crear los contenidos y ha soportado una serie de costes importantes. Pero, una vez hecho, el curso puede venderse cuantas veces se quiera sin que el gasto se incremente apenas.
El otro caso podría ser el de una tienda online de camisetas personalizadas que, por lo que sea, de repente ve como la demanda se dispara. Si el negocio es escalable, el aumento de pedidos que esto supondrá podría manejarse de forma eficiente sin que se convierta en un caos.
Como vemos, aunque son dos maneras de entender un mismo concepto, en ambos la idea que subyace es cómo hacer crecer un negocio, y que una pyme pueda llegar a convertirse en una empresa más grande, eficiente y rentable aplicando una serie de estrategias.
¿Qué es una estrategia escalable?
Una estrategia escalable en el contexto de la empresa sería un plan diseñado para permitir el crecimiento y la expansión eficientes de una compañía. Entre las características clave para implementar la escalabilidad en una pyme tenemos las siguientes:
- Reproducibilidad: la estrategia debe poder replicarse sin perder calidad o eficiencia. Esto implica que los procesos que resultan exitosos puedan ser aplicados a mayor escala sin dificultad.
- Flexibilidad: una estrategia escalable tiene que ser lo suficientemente flexible como para poder adaptarse a los cambios del entorno empresarial o de las condiciones del mercado.
- Automatización: automatizar tareas repetitivas ayuda a liberar recursos humanos para actividades más estratégicas, por lo que su incorporación puede ser crucial para la escalabilidad.
- Enfoque nuclear: la estrategia de escalabilidad debe centrarse en fortalecer y hacer crecer el núcleo del negocio; esto es, aquellas actividades esenciales que generan el valor principal.
- Uso eficiente de recursos: una buena estrategia escalable debe tener por objetivo maximizar el rendimiento de los recursos disponibles, tanto financieros como humanos.
- Uso de tecnología escalable: es fundamental implementar tecnologías que puedan crecer y adaptarse a las necesidades cambiantes de la empresa. Esto se aplicaría a sistemas informáticos, plataformas en línea y cualquier infraestructura tecnológica.
- Feedback y mejora continua: una estrategia de escalabilidad tiene que incorporar un ciclo de retroalimentación constante, ya que la capacidad de aprender de la experiencia y de realizar mejoras continuas resulta esencial para la escalabilidad a largo plazo.
Al adoptar una estrategia escalable, una empresa puede estar mejor preparada para manejar el crecimiento y aprovechar nuevas oportunidades sin comprometer su eficiencia o calidad.
Por otro lado, si nuestro negocio es pequeño sería deseable invertir el tiempo y el dinero necesarios en sistemas que hagan que la compañía pueda crecer en el futuro. Para ello, nada como un buen plan de digitalización, que introduzca elementos como un CRM, una página de ecommerce o el cloud computing en la empresa.
¿Qué tipos de escalabilidad hay?
Existen varios tipos de escalabilidad que se pueden aplicar en diferentes áreas de una pyme. Los tres tipos más comunes son la escalabilidad vertical, horizontal y geográfica:
- Escalabilidad Vertical: referida a la capacidad de aumentar el rendimiento de un sistema o aplicación incrementando la capacidad de los recursos existentes. Un ejemplo sería agregar más potencia de procesamiento o memoria a un servidor para que sea capaz de manejar una mayor carga de trabajo.
- Escalabilidad Horizontal: implicaría la adición de más elementos o recursos idénticos y en paralelo para que se distribuya la carga de trabajo (en lugar de aumentar la capacidad de un recurso existente). Siguiendo el ejemplo anterior, en vez de aumentar la capacidad de un servidor sería agregar múltiples servidores que trabajen juntos.
- Escalabilidad Geográfica (o Global): referida a la capacidad de expandirse a nuevos mercados o ubicaciones geográficas. En este caso se referiría a la apertura de sucursales, la expansión de operaciones a nivel internacional o la adaptación de nuestros productos y servicios para adaptarse a las necesidades de diferentes regiones.
Elegir un tipo de escalabilidad para nuestro negocio debería depender del contexto específico y de los desafíos a los que nos podamos enfrentar. Por otro lado, es posible realizar una combinación de estos enfoques con la finalidad de conseguir una escalabilidad efectiva. Recordemos que la escalabilidad no se trata solo de crecer, sino de hacerlo de una forma eficiente y sostenible.
Consejos de escalabilidad por un experto
Para entender mejor el tema hemos hablado con Miguel Lorenzo, Strategy & Operations Manager de DAZN. Lorenzo ha trabajado en estrategia y operaciones de DAZN España desde su lanzamiento hasta su situación actual (con millones de clientes) y nos puede ofrecer una visión interesante de qué es la escalabilidad y cómo se puede aplicar en las pymes:
¿Qué es escalabilidad para ti?
Entiendo escalabilidad como la capacidad que tienen las empresas para experimentar grandes crecimientos de volumen de negocio sin sufrir grandes disrupciones operacionales. Es decir, mantener la calidad de ejecución y servicio a pesar del incremento notable de ventas.
¿Qué consejo darías a una pyme española que quiera expandirse y crecer?
Antes de aventurarse en nuevos mercados o productos, es importante entender la capacidad operacional de la empresa para soportar dicho crecimiento. Según el tipo de negocio, hay áreas claves que pueden sufrir con incrementos de volumen tales como atención al cliente, producción (si la hay), equipos de venta, etc.
Para asegurar la escalabilidad de la empresa es clave proyectar escenarios de crecimiento, analizar su impacto en los distintos departamentos y adaptar a los nuevos volúmenes los que así lo requieran.
¿Qué importancia tiene la estrategia digital en la escalabilidad?
Entendiendo estrategia digital desde una sólida presencia online (Web, SEO, marketing digital…) hasta el conjunto de herramientas digitales de la empresa (CRM, gestión logística, analítica, servidores…), su relevancia varía según el tipo de negocio, pero sí está claro que incluso los más tradicionales se pueden beneficiar de una buena estrategia digital para facilitar el crecimiento.
Para lograr la escalabilidad minimizando disrupciones serán imprescindibles herramientas digitales capaces de soportar los nuevos volúmenes y necesidades de la empresa.
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