A medida que la digitalización se abre paso tanto en las grandes compañías como en el mundo de las pymes y los autónomos, algunas empresas empiezan a destacar por hacer de la tecnología uno de los factores clave que caracterizan su nicho de mercado.
Cuando se vendía el grueso de la producción y la industria estaba orientada a productos, nicho era quien pasase por una tienda. La competencia y los servicios conformaron el flujo de valor de las empresas, y estas se especializaron en nichos: segmentos de mercado muy bien definidos, como “jóvenes deportistas”.
Con una tecnología que lo hace posible, muchas compañías (generalmente grandes o startups) orientan su calidad a esta y agregan un –tech al final de alguno de estos factores nicho. Foodtech, fintech, regtech o insurtech son algunos de ellos.
Foodtech: tecnología, alimentación y reparto a domicilio
Con el aumento de los pedidos a domicilio, algunas cadenas de alimentación usaron parte de su plantilla para llevar a casa los alimentos (Telepizza, McDelivery). Sin embargo, la especialización de empresas de reparto ha abaratado los costes por kilómetro (Globo, Deliveroo).
Las foodtech aprovechan aquí una red organizada y distribuida de ciclistas, motoristas e incluso turismos en algunas zonas, para hacer llegar los pedidos rápidamente a sus clientes. Es un sector en crecimiento, pero no es su único área de especialización.
Destaca la española ApetEat, un juego de palabras con apetito, especializados no solo en la entrega de comida casera saludable y a domicilio, sino que han subdividido aún más su nicho: la entrega a oficinas.
A medida que el interés por una comida sana aumenta por parte de los usuarios, algunas foodtech se especializan en los growsumers, un tipo de consumidor interesado tanto en comida sana y fresca más cercana al origen como en comida más sostenible mediante procesos industriales más controlados, minimizando su impacto sobre el medio ambiente.
Las -tech del sector bancario: fintech y regtech
Antes que las foodtech aparecieron las fintech, pequeñas compañías que remodelaron la industria bancaria (financial technology) demostrando que se puede llegar lejos y aportar valor siendo flexible y pequeño.
Estas fintech han sabido o bien hacer de puente entre los bancos clásicos y sus clientes (desarrollo de plataformas, aplicaciones, gestión backoffice o análisis de big data, entre otros) o convertirse en un servicio sustitutivo de estas; convirtiéndose en nuevos proveedores de servicios.
Entre estos servicios destacan créditos, seguros, gestión de patrimonio, inversiones… Muchas de estas startups han elegido especializarse en un único servicio del abanico de servicios de los bancos clásicos y digitalizarlo.
Podemos destacar (hay cientos y el mercado está muy atomizado) 2getherBank, una startup que plantea una banca colaborativa basada en el teléfono móvil que surgió de una cena.
También dentro del sector bancario el término regtech (regulation technology) se está abriendo paso, y estas startups tienen como objetivo principal digitalizar la burocracia bancaria en materia de cumplimiento de la normativa. En otras palabras, ayudar a la transformación digital a los bancos, muy reglados.
Blindar los sistemas con varias capas de protección frente ataques, proteger los datos de los clientes, establecer pasarelas de pago seguras, APIs de gestión multi-banco o facilitar el entendimiento de productos financieros a los usuarios finales vía apps intuitivas, son alguno de los sectores clave.
La tecnología blockchain que irrumpió junto al Bitcoin durante sus primeras fases, ahora es adoptada por bancos de todo el mundo para distintos procesos internos, y las fintech se encargan de que esta transición sea rápida, segura e imperceptible para el usuario final.
Las nuevas aseguradoras y las teleoperadoras
Los asegurados de todo el mundo están cambiando sus estilos de vida: buscan comunicarse con su aseguradora 24/7, forman parte de la economía colaborativa o cambian rápidamente sus estilos de vida. Las insurtech (insurance technology) nacen para dar respuesta a esta transformación, en parte digital.
Tomando el ejemplo de los seguros de coches, las aseguradoras usaron el Big Data hace más de una década para establecer diferentes perfiles de conductores mediante estadísticas y así ajustar el precio de una forma más justa. Hoy el personal data permite saber (por ejemplo contando puntos del carné o el historial de multas) qué conductor tiene menor o mayor riesgo de accidente.
En un siguiente paso, las aseguradoras serán capaces de ajustar mucho sus precios en base a la forma en la que conduce el asegurado gracias a que los vehículos conectados dispondrán de una SIM integrada. Las empresas de telecomunicaciones serán claves a la hora de facilitar datos analizados, y aquellos conductores más responsables se beneficiarán de seguros mucho más bajos.
La transformación digital es el motor principal de las empresas -tech, que pueden darse en prácticamente todos los ámbitos y segmentos de mercado, y que solo esperan a que haya una masa crítica de clientes o proyectos sobre los que construir su modelo de negocio.
Por Marcos Martínez
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