En los últimos años la demanda de trabajadores con titulaciones de Formación Profesional (FP) no ha dejado de crecer. En España, el 41,3 % de las ofertas de empleo son para ciclos de FP y el 33,7 % para titulados universitarios. Sin embargo, los titulados por modalidad son del 24 % y 40 %, respectivamente.
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Este desajuste de competencias está dando lugar a problemas como trabajadores ‘sobrecualificados’ y con ‘sobrecompetencias’ por un lado; y empresas que no pueden crecer por otro. Al tiempo se da un cambio de mentalidad respecto a la FP, y la alta demanda de nuevos alumnos deja a miles de personas fuera de las aulas al no haber suficientes como para formar a todos los que quieren estudiar.
¿Por qué las empresas demandan tanta Formación Profesional?
Durante varias décadas la formación por excelencia en España fue (y sigue siendo) la universitaria. Titulaciones llamadas ‘superiores’ que han copado el sistema laboral y creado un desequilibrio que se agrava a medida que la FP se decanta como una formación de futuro. Hay varios motivos por los que las empresas demandan más y más FP.
La FP hace ahora más falta que nunca
Aunque parte de la altísima demanda se debe a una descompensación del sistema educativo, como se verá a continuación, uno de los motivos principales por los que se demanda Formación Profesional es porque sus competencias son más necesarias que nunca, con foco en formación técnica y grado medio.
Aunque a muchos actores esta demanda les ha cogido por sorpresa, lo cierto es que hacía años que las tendencias apuntaban en esa dirección. En 2015 la OCDE publicó un documento titulado ‘Competencias más allá de la escuela’ en el que ya se leía que “entre 2010 y 2020 cerca de dos tercios del crecimiento del empleo tendrá lugar en la categoría de técnicos y profesionales”, en palabras de la publicación ‘Reflexiones sobre la FP y grado medio y superior en España’.
El desajuste entre FP y universidad
En España el 40 % de los titulados tienen grados universitarios, mientras que solo el 24 % optaron por la FP. Este perfil se aleja de la media europea, donde los porcentajes son del 34 % y 48 %, respectivamente, según datos de Eurostat 2020. Este desajuste genera varios problemas socioeconómicos:
- Por un lado, un número elevado de titulados universitarios no encuentra trabajo acorde a su carrera. No existe esa oferta.
- Por el otro, un número considerable de empresas no da con profesionales de FP para los puestos que publica. De nuevo, no existen.
Con respecto a ambos problemas, tasas de paro elevadas entre universitarios y empresas que no localizan técnicos, la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), una organización orientada a analizar y promover la contribución de las universidades al desarrollo económico y social de España, se aventuró a destacar que “tal vez el tener una gran proporción de titulados superiores entre la población de 25 a 64 años esté influyendo en este hecho”.
Sobretitulación e infracompetencias
Martí Parellada, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y coordinador de la publicación anual del CYD, lleva años señalando que España sufre de ‘sobretitulación’ (entendida como la “sobreestimación de la cualificación de los titulados universitarios”).
Como señala la Comisión Europea en su informe sobre el empleo, esta ‘sobretitulación’ genera ‘sobrecualificación’, situación que se da cuando las competencias del trabajador son superiores o excesivas para el puesto en que ha sido contratado.
A su vez, esto provoca en la población trabajadora una sensación de frustración y se llega a plantear la pregunta de si merece la pena estudiar o formarse. Y para los que ya se han formado y se encuentran ‘sobrecualificados’ para su puesto laboral, suele ocurrir que al tiempo están ‘infracualificados’ en algunas materias, motivo por el cual aumenta la inseguridad tras sacarse el título.
Falta de relevo generacional para FP
Un agravante para la falta de técnicos formados en FP es la ausencia de relevo generacional. Dicho de otra forma: se jubilan más profesionales de los que se forman, con foco en grado medio. Esta condición agrava el desequilibrio mencionado y hace que las empresas busquen cada vez más titulados de FP.
50 000 alumnos se quedaron en 2021 sin plaza
Como se adelantaba, cada año desde hace unas décadas crece la brecha entre personal cualificado y puestos de trabajos (cada año hace más falta titulados en FP), y esto ha hecho que los estudiantes empiecen a mirar hacia esta vía como una salida válida.
Si hace unas décadas la universidad se convirtió en la salida por defecto de los hijos de las familias de ingresos medios, que llegaron a ver la FP como “una vía de segunda categoría”, según lo denunciaba la exministra de Educación, Isabel Celaá, ahora las tornas se han invertido. El problema radica en que las escuelas de FP no están preparadas para esta demanda.
De modo que por un lado están las empresas, demandantes de titulados de FP, y por otro están aquellas personas que quieren estudiar estas titulaciones. En medio, las escuelas de formación están haciendo de cuello de botella del sistema hasta el punto de que en 2021 cerca de 50 000 alumnos se han quedado sin plaza. Y eso pese a los esfuerzos de las escuelas.
De 2020 a 2021 las escuelas de Formación Profesional han aumentado en un 4,1 % su alumnado, una cifra aún insuficiente. Para empezar a deshacer el desequilibrio nacional entre titulados y demanda laboral sería necesario casi duplicar el número de egresados de FP y mantener la tendencia durante muchos años, algo que llevará tiempo.
El Gobierno propone que los alumnos de FP Superior cursen materias en la universidad y viceversa
Una de las soluciones parciales para paliar las consecuencias negativas del porcentaje de egresados en FP y universidad es optar por modalidades mixtas.
Según un anteproyecto de ley del Gobierno de España, se propone que los egresados en FP Superior puedan matricularse a su vez en algunas asignaturas impartidas en facultades; y permitir al tiempo a los universitarios que puedan cursar preparación práctica en las escuelas de FP.
Este modelo mixto ayudaría no solo a tender puentes entre ambos tipos de formaciones, sino a solucionar algunos problemas de habilidades y competencias a largo plazo. Sin embargo, todas estas iniciativas exigen muchos años para empezar a ver sus resultados.
Para los próximos años todo parece indicar que los técnicos de FP irán ganando un poco más poder de negociación frente a las empresas debido a su escasez; mientras que los matriculados universitarios seguirán sufriendo las consecuencias laborales de su sobrecualifiación. Bajo este paradigma, es comprensible la fuga de cerebros ya sistémica del país.
Imágenes | Arron Choi, javier trueba, Nathan Dumlao