¿Ser frío o apasionado en el negocio? He ahí el dilema

Gestión de emociones en el emprendimiento

Pymes

La gestión de emociones en el emprendimiento es un factor que puede condicionar el éxito o fracaso de los proyectos. Y no solamente eso, sino también la forma en la que se vayan a desarrollar ante retos, momentos de crisis y en el día a día de la empresa.

Gestión de emociones en el emprendimiento

El emprendedor ha de saber, en cada momento, las consecuencias que puede implicar tener un comportamiento más frío o más pasional. Además, es importante conocer cómo gestionan otras personas sus emociones a la hora de elegir socios, encargar tareas a los empleados, buscar proveedores, etc. Veamos qué suponen la frialdad y la pasión en el mundo empresarial.

Los emprendedores fríos

Se caracterizan por observar su propio negocio con distancia. En general, recurren a las emociones solamente cuando las propias características de la labor que tienen por delante lo reclaman como, por ejemplo, para conectar a los consumidores con su marca.

La racionalidad ante todo

El emprendedor frío tiende a desenvolverse muy bien en los aspectos más racionales. Le gustan los análisis, el examen de su propio conocimiento del negocio, los proyectos, los aspectos controlables… Son su punto de partida al montar la empresa y recurren cotidianamente a ellos y, especialmente, ante los retos y adversidades.

Frialdad en los negocios

Tienden a abandonar antes las estrategias fallidas

Lo hacen, en primer lugar, por su mayor predisposición para enjuiciar la empresa. Además, frente a los emprendedores pasionales, presentan un menor apego que facilita la decisión de tomar otros caminos.

Pueden tener dificultades en ambientes de incertidumbre

Cuando nos enfrentamos a entornos en los que no conocemos los escenarios a los que nos podemos enfrentar o, al menos, lo probables que son, existe una tendencia a suplir nuestras carencias de conocimiento con emociones. En ese ambiente, a los emprendedores más fríos les cuesta más visualizar el futuro y realizar proyecciones.

Emprendedor frío

La conexión emocional en la comunicación de proyectos

Pueden ser perfectamente conscientes de la importancia de los aspectos emocionales del negocio. Incluso pueden tener una idea de cómo transmitirlos. Sin embargo, les puede resultar complejo resultar creíbles, dada la distancia emocional que mantienen.

La pasión como forma de gestión de emociones en el emprendimiento

Sienten el negocio con apego emocional. Para ellos no solamente es un elemento de su patrimonio o una dedicación profesional. Es también una forma de vida y un elemento que describe importantes facetas de su personalidad.

Grupo de emprendedores apasionados

La pasión puede generar paciencia

La pasión puede ayudar a que perseveremos en sacar adelante los proyectos, especialmente en momentos complejos y rodeados de incertidumbre. El emprendedor pasional suele ser muy intuitivo y difícilmente se rinde cuando piensa que un proyecto puede tener éxito.

La pasión por los negocios y la curiosidad

Además, la pasión puede favorecer la curiosidad y el deseo de adquirir conocimientos, experiencias, destrezas, contactos con otras personas y organizaciones… En otros casos, lo que llama es a estudiar y comprender cuál es la esencia que merece la pena preservar del negocio.

Emprendedora apasionada

Los círculos viciosos del emprendedor pasional

Uno de los mayores riesgos es que la retroalimentación entre emociones personales y experiencias empresariales pueda llevar círculos viciosos. En este tipo de emprendedores es más sencillo que los problemas personales pasen a la esfera empresarial y viceversa.

Su ritmo no siempre es sencillo de seguir

Algunas veces son incomprendidos. No siempre las respuestas de clientes, proveedores, socios, empleados, etc. son tan entusiastas como sus propuestas. Muchos buenos proyectos se pierden por encontrar un ambiente demasiado escéptico.

El emprendimiento es una sucesión continua de retos, ante los cuales no siempre la racionalidad y las emociones caminan en la misma dirección. Una parte del éxito reside en saber cuándo debemos guiarnos por la frialdad o la pasión. Pero, incluso cuando no somos capaces de adaptar nuestro comportamiento a cada situación, es imprescindible ser conscientes de las implicaciones de actuar de una u otra forma.

Por Gonzalo García Abad

Imágenes| iStock

 

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