David Riudor (Goin): “La clave está en el producto y en personas capaces de tomar decisiones basadas en datos”

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Goin es una aplicación de ahorro automático que permite, a través de diversos métodos, apartar dinero para lograr objetivos de forma sencilla y prácticamente sin darse cuenta.

Nació en 2017 de la intuición de tres jóvenes ingenieros (David Riudor, Carlos Rodríguez y Gabriel Esteban) y en pocos años ha logrado resultados notables. Hablemos de este pequeño ‘unicornio’ español con su CEO y fundador, David Riudor, barcelonés de 25 años.

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¿Qué es Goin?

Goin es una aplicación que ayuda a los usuarios a conseguir sus objetivos financieros de forma automática por encima de cualquier banco. De hecho, antes de que se hiciera tan popular, nosotros ya incluimos las criptomonedas como opción para ampliar el portafolio de inversión. Por lo general, no importa si el objetivo de ahorro es a corto plazo, como comprarse un iPhone, o a largo plazo, como podría ser jubilarse.

¿Cómo se os ocurrió la idea?

Tampoco fue una genialidad. Básicamente mis dos socios y yo nos conocimos, nos dimos cuenta de que trabajamos muy bien juntos y así maduramos la idea de hacer algo los tres. Todos somos ingenieros informáticos, así que sabíamos que tenía que ser algo relacionado con la tecnología. Y en particular con las finanzas, un sector que nos interesaba a los tres. 

Ya desde pequeños habíamos tanteado mucho todo el mundo de las inversiones. Yo, por ejemplo, había tenido una comunidad de bienes con amigos. Por tanto, todos los caminos apuntaban a una misma dirección que nos empujó hacia una solución fintech relacionada con los planes de ahorro y que trabajara por encima de cualquier banco.

¿Cómo os habéis financiado?

Ganamos una hackathon en Barcelona que nos permitió viajar a San Francisco (Estados Unidos), donde alcanzamos el premio a la mejor startup del mundo. En 2017, cuando fundamos la empresa, teníamos 19, 20 y 21 años. Con la primera ronda de financiación cosechamos 1,6 millones de euros, básicamente todos de inversores españoles (fondos, business angels y particulares). 

Hasta la fecha hemos levantado unos 10 millones de dólares procedentes de inversores de todo el mundo. Desgraciadamente, en este sector llega un punto en que España se te queda pequeña y al final hay que ir a San Francisco, sobre todo para levantar capital.

¿Los bancos quisieron meterse en el negocio?

Los bancos se han interesado mucho. Nos han contactado los directores generales de prácticamente todos los bancos del país, pero no han tenido nunca la velocidad que nosotros buscamos, porque tienen una mentalidad un poco anticuada. Básicamente, lo que querían era sacarnos información o intentar vender sus productos, pero nunca quisieron hacer una colaboración más disruptiva como nos gustaría.

¿Qué modelo de desarrollo tenéis?

La empresa es todo innovación e iteramos el producto cada semana. Máximo cada dos semanas van saliendo nuevas versiones de la aplicación y vamos probando e iterando conversiones muy pequeñas siguiendo la metodologías ágil scrum. Como startup, apreciamos mucho el trabajo presencial porque fomenta la parte más creativa y para avanzar es mucho más fácil hacerlo presencialmente. Por otro lado, tratamos de empoderar a las personas para que todos estén habilitados a tomar decisiones de empresa sin un modelo jerárquico, sino más bien horizontal.

¿Qué impacto tuvo la pandemia para vosotros?

A nosotros la pandemia nos ha afectado muy positivamente porque la nuestra es una solución que el usuario necesitaba. Fue un choque de realidad porque antes quizás las personas jóvenes no se preocupaban por ahorrar o planear su vida financiera. Multiplicamos por diez nuestra facturación. Ahora estamos presentes en España, Francia, Portugal e Italia y nuestros usuarios procesan más o menos 430 mil euros al día.

¿Qué política de recursos humanos seguís?

Actualmente en la empresa trabajan 35 personas. Los fundadores somos los más jóvenes. Yo ahora tengo 25 años, pero la media debe ser de unos 27, aunque ya tenemos muchos perfiles por encima de los 35 años. Por supuesto, valoramos mucho las skills tecnológicas y técnicas que son imprescindibles en nuestro caso porque la actitud no lo es todo. Pero sí que es muy importante la parte de soft skills y sobre todo ambición y ganas de más. Diría que es un 50-50. 

¿Para qué ahorran vuestros usuarios?

Tenemos más de 420 mil usuarios activos, conocemos sus objetivos, cuándo los van a conseguir y cuáles son sus capacidades de ahorro. Con lo cual, tenemos mucha información sobre lo que interesa más a esta generación. Hay de todo, pero las categorías principales son tecnología, viajes y vehículos. Como es lógico, los viajes bajaron mucho durante la pandemia pero ahora están volviendo a subir.

¿Qué marca el éxito de una aplicación?

Lo más importante es el producto, hacer bien algo. No es tanto cubrir una necesidad que no estaba cubierta, sino cubrirla mejor que los demás. Sí que es cierto que puedes suplir un producto no excelente con mucho marketing, pero tarde o temprano llegará alguien con mejor producto y te ganará. Hay que encontrar el equilibrio, pero la clave es tener un buen producto y contar con gente capaz de tomar decisiones en base a los datos.

¿Venderías tu empresa?

Si llegara una oferta muy alta la aceptaría con los ojos cerrados. Ni pena ni nada. Mi idea no es vender ahora la empresa porque creo que hay mucho potencial y es un momento histórico muy importante para estar donde estamos nosotros, pero una cosa no quita la otra. Nuestra empresa ahora mismo no vale 200 millones, así que si me los dan, los cojo y vuelvo a construir otra cosa de otra manera. Si la propuesta es interesante, se vende al cien por cien.

¿Por qué crees que emprender a los 20 años en España es algo muy raro?

Es positivo idealizar el emprendimiento porque si no habría aún menos gente haciéndolo, pero hay que estar un poco loco para meterse en esto. Emprender es muy complicado. Jeff Bezos dijo que si quieres ser feliz, mejor no emprendas. No es un ‘full-time job’, sino un ‘all-life-job’. No puedes desconectar nunca. Sueñas con esto y debes hacer muchos sacrificios que tienen que aceptar también tu familia y tu pareja. Y normalmente acaba mal: más del 90% de las startups, de hecho, fracasa. Por supuesto hace falta mucha más cultura empresarial, pero yo soy partidario de que todo el mundo pueda emprender, y no que tenga que emprender.

Por Alberto Barbieri

Imágenes | David Riudor y Goin App

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