Las pymes españolas han entendido que la digitalización es clave para su futuro. El uso de las TIC no sólo mejora y facilita los procesos internos y el trabajo de los empleados, incrementado su productividad, sino que favorece la relación con los clientes y aporta un mayor conocimiento del mercado.
Sin embargo, al día de hoy las pequeñas empresas y autónomos de este país siguen encontrando muchas dificultades para seguir el paso de la tecnología y aplicarla a sus procesos con el fin de ser más competitivas. Es el principal mensaje que deja el informe ‘Estado de la transformación digital en pymes y autónomos’, un estudio cualitativo elaborado por la asociación eAPyme y el ESADE, y en el que se han analizado las inquietudes de pequeños empresarios de siete sectores de actividad diferentes.
Demasiadas soluciones en el mercado
Las pequeñas empresas son conscientes de la revolución digital en el que están inmersas, pero se sienten saturadas por el gran número de soluciones en el mercado, y por la dificultad para integrarlas con las tecnologías adquiridas anteriormente. Eso lleva a las pymes a tener dificultades para rentabilizar sus inversiones en TIC.
Asimismo, las pymes echan en falta estándares sectoriales, y resaltan la dificultad que tienen para adaptarse a la tecnología, cuando debería ser la tecnología la que se adaptara a ellas.
Las pymes reunidas en los foros de discusión organizados para el estudio de eAPyme demandan de los proveedores de tecnología que les consulten cuando están desarrollando sus programas de software, que colaboren entre ellos para llegar con una voz única al mercado o que faciliten el uso de estándares.
No hay tiempo para formar al personal
Adicionalmente, las pymes hablan de falta de recursos económicos y de personal para afrontar la implantación de las TIC. Tienen la sensación de que los elevados costes de los servicios tecnológicos dificultan la recuperación de las inversiones realizadas.
Los pequeños empresarios son conscientes de que deben formar a toda la plantilla para aprovechar las ventajas de la tecnología, pero señalan que no siempre disponen del tiempo y de los recursos económicos y de personal necesario para hacerlo.
Además, se tienen que enfrentar a la dificultad que entraña hacer cambiar la forma de trabajar de los empleados de más edad.
Objetivo: mejorar la cobertura en todo el país
Otro problema que los autónomos y pequeños empresarios consultados para el informe de eAPyme y ESADE destacan es la falta de conectividad. La buena cobertura de telefonía móvil en las grandes ciudades y centros urbanos de tamaño medio hace olvidar muchas veces que en España todavía quedan huecos geográficos sin cobertura o con una cobertura deficiente.
Pese a los esfuerzos de las compañías de telecomunicaciones, algunos profesionales se encuentran con dificultades para conectarse a través de su móvil en zonas rurales, extrarradios de grandes urbes o en algunos polígonos industriales. Esto provoca pérdidas de productividad, puesto que precisamente las tecnologías que más aportan valor a pymes y autónomos son precisamente las relacionadas con la movilidad.
Y es que, en muchos parámetros de dotación tecnológica, las grandes empresas aventajan de forma clara a las pequeñas, pero no así en el apartado de comunicaciones móviles.
También se quejan las pymes de la falta de fibra óptica en determinadas zonas y les cuesta entender que muchos centros públicos no disponga en muchos casos de WiFi seguro y gratuito para realizar las gestiones.
El comercio electrónico, asignatura pendiente
Por último, el informe subraya que las pymes tienen presencia en Internet, aunque sea de forma testimonial y puramente informativa. Sin embargo, muy pocas pequeñas compañías ofrecen su oferta a través del comercio electrónico. En concreto, y según datos del ‘Informe e-Pyme 2016’, publicado por la ONTSI y Red.es, sólo una de cada cinco pymes españolas y sólo un 4% de las micropymes del país venden por Internet.
Los pequeños empresarios ven el comercio electrónico como una gran oportunidad de negocio, pero luego son remisos a explotarlo. Señalan que cuando participan en el mercado digital a través de intermediarios los costes son elevados. En este punto, las pymes del sector turístico se quejan de los precios de las habitaciones que imponen las grandes agencias online que dominan esta industria. Además, a las pymes se les pone cuesta arriba mantener páginas multidioma y pagar los costes de transporte o gestión de aduanas cuando venden en el extranjero. También se quejan de la falta de estándares para colaborar con otras empresas en aspectos como el reparto de mercancías.
Por Juan I. Cabrera