María Benjumea es uno de los referentes en emprendimiento en España. Licenciada en Geografía e Historia, fundó el portal Infoempleo y, en 2012, Spain Startup, empresa que gestiona el mayor evento de emprendedores del sur de Europa The South Summit. Hablamos con ella sobre la situación actual del emprendimiento en España y de cómo puede evolucionar esta tendencia a futuro.
¿Qué le lleva a crear Spain Startup en 2012?
En el año 2012 empezamos Spain Startup. Era el peor año de la crisis y había una depresión bastante generalizada. El posicionamiento de España era terrorífico a nivel internacional. Habíamos pasado de ser los más guapos a ser “el patito feo”.
Yo venía de Infoempleo. Dentro de ese portal había cada vez más actuaciones, por convencimiento propio, para fomentar el emprendimiento y dar visibilidad a una nueva forma de hacer las cosas. El mundo estaba cambiando a velocidad de vértigo. En 2012 estábamos viviendo una crisis coyuntural y un cambio de unas magnitudes estructurales absolutas.
Este nuevo mundo lo es de oportunidades. Pero para aprovechar estas oportunidades hay que cambiar el chip. Eso es lo que nos llevó a montar Spain Startup.
¿El mercado lo percibía igual?
En Infoempleo teníamos iniciativas de estas características, pero muy vinculadas a las corporaciones. Las grandes empresas veían que, para poder seguir el ritmo del mercado, necesitan estar adaptándose al mismo permanentemente y estar innovando porque vienen unos jugadores de no se sabe dónde. Y te pueden comer el terreno.
Nos dimos mucha prisa para hacer el Investor Summit porque la crisis y la depresión de la gente era enorme. En junio, con solo 4 meses, decidimos que había que crear un buen evento para dar visibilidad a las startups y a las empresas que habían tenido éxito, para que pudieran difundir el mensaje de que no hace falta tener un ADN emprendedor, sino que la clave está en los equipos. Se necesitan personas de muy diferentes perfiles, hay que montar un equipo conjunto.
¿Cómo recuerda esos inicios?
La primera experiencia fue muy interesante. Pudimos juntar a personas de todas las distintas áreas: tanto de la política como de la empresa, como fundadores de startups, inversores… eran jugadores del ecosistema.
Nuestro objetivo era que se viera que esto era una iniciativa muy importante de llevarla adelante, para ayudar a cambiar el chip de las personas y también la cultura de las organizaciones. Deben tener un sustrato sólido de cómo abordar la nueva situación que nos presenta el mundo, en el que todos los avances de las tecnologías y las comunicaciones están haciendo que el mundo cambie a una velocidad impresionante.
¿Qué dificultades había en aquella época, que apenas se hablaba de startups?
En el 2012 nos encontrábamos con todas las dificultades, pero estábamos convencidos. Quitando cuatro o cinco corporaciones que ya estaban trabajando en estas cosas (como Repsol a través de su Fundación, que estaba muy centrado en impulsar sus startups), teníamos que apoyar mucho al emprendedor en esa situación de crisis. Estas empresas sabían que era bueno para su organización.
También se apoyaba al emprendedor porque se sabía que iba a generar empleo (tanto a sí mismo como a otros). Se veía como una vía más para salir de la crisis. Pero poco más. Muy poquitas empresas tenían los ojos abiertos para reconocer que necesitaban a estas startups. Muchas veces tenían contemplados estos programas de apoyo dentro de sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa.
El Estado sí tenía una concienciación muy importante de que había que apoyar este movimiento, pero porque teníamos un problema del paro muy grande y se creía que el emprendimiento podía solucionar parte del desempleo.
¿Y era así?
La evolución que se ha producido desde 2012 al momento actual es impresionante, especialmente en el ecosistema de emprendedores. Desde hace un año y medio es una transformación bestial. Pero en todo el análisis que nosotros hemos hecho de lo que es el ecosistema del emprendedor muy vinculado a la startup de innovación, globalidad y escalabilidad, sólo un 1% emprende por necesidad.
Esta pregunta la hacemos de formas muy diferentes y con diversas variables, pero siempre nos da un 1%. Es decir, que el emprendimiento en España no es una respuesta a la demanda de empleo.
El paro ha mejorado, pero no desde ese punto de vista de que los emprendedores (y menos de los emprendedores cualificados) lo hacen como salida a una situación de paro.
¿Por qué se emprende entonces?
Sería maravilloso que fuéramos conscientes de que el emprendedor lo es porque está viendo una oportunidad (y es una alternativa fundamental) de ser dueño de sus propios proyectos. Es el presente y el futuro, porque la mejor manera de no salir del circuito de estar en activo es siendo el dueño de nuestro propio proyecto.
¿La única manera de lograrlo es a través del emprendimiento?
Puedes estar dentro de una empresa y también ser dueño de tu proyecto. Lo importante es que nos convenzamos de que somos dueños de nuestro proyecto independientemente de si estamos en nómina o somos freelance. Hoy estamos aquí pero mañana podemos montar lo que queramos.
Lo importante de un emprendedor es que tiene un perfil muy determinado (estratégico, creativo, técnico, comercial) y que puede montar un negocio. Todos somos necesarios. Todos estos perfiles lo son. Hay que montar un equipo competente: ésa es la clave del éxito de cualquier proyecto.
Esa transformación (que es la que hemos vivido) es básica y es una lección extraordinaria para trabajar con las personas que no están en activo. Es la evolución del mundo. Tenemos que ser capaces de trasladar estos mensajes. No es un camino fácil, pero sí se puede hacer. Como todo en la vida, se puede conseguir con mucho trabajo, con mucha concienciación de lo que se está haciendo. Hay que trabajar duro y buscar gente que te complemente para poder llevar adelante tu reto. Y eso es algo maravilloso.
¿Cuáles son las dificultades actuales, con tanta startup?
El ecosistema y las oportunidades han cambiado. La gente de las corporaciones y de las administraciones están ya concienciados. Se ha producido un cambio de cultura en las personas.
La gente que prueba a ser dueño de su proyecto no lo cambia. El que prueba la oportunidad de ir por libre no lo cambia. Nosotros apostamos por South Summit porque es un evento global que reúne a los principales actores del ecosistema: inversores, startups, corporaciones, buscando la innovación a través de las startups… Cada uno de ellos aporta valor en el desarrollo de negocio. Hay una concienciación en el mercado y creemos que hemos ido uno de los facilitadores de este cambio.
Seguimos apostando por ello para que se considere a España como un referente. El posicionamiento de España a nivel internacional es bastante bueno, y se nota tanto en los volúmenes de inversión como en el interés de la innovación de las startups españolas. Pero necesitamos más medios para llevarlo adelante.
¿Qué diferencias observa entre España y otros países?
Lo que más me gusta de Silicon Valley o Israel es que no sólo están convencidos del cambio, sino de los buenos que son. Los primeros que tienen que estar convencido son las fuerzas vivas, y no hablo únicamente de los políticos, sino de todos, incluidos los medios de comunicación. Todos nos debemos creer – porque te garantizo que en España hay un ecosistema emprendimiento muy potente- que hay unas startups muy innovadoras y que están creciendo muy bien.
En los rankings que se están haciendo de identificación de las ciudades que están evolucionando mejor en creación de startups, en Europa la quinta ciudad es Barcelona y la sexta es Madrid, muy cerca de Barcelona.
En cuanto las fuerzas vivas (que tienen un papel determinante de influencia) se convenzan de este tema y vayamos todos con la cabeza bien alta, esto generará un círculo y poso extraordinario. Será un estímulo positivo que impulsará y dará fuerza para seguir adelante y hacerlo mejor.
Pero, ¿de verdad somos tan buenos? ¿No es orgullo patrio?
Hay que insistir en que somos muy buenos, y lo somos de verdad. Tenemos que lograr que todo el mundo se centre muchísimo en la innovación que se está generando, que está motivando la inversión en nuestras startups. Debemos apoyar como embajadores a este entramado para venderlo. Si lo conseguimos, el efecto será bestial. Eso es lo que he visto -y es la gran diferencia con España- en Silicon Valley e Israel.
Pero antes decía que se había producido ya un cambio…
Hemos cambiado parte del chip. De hecho, yo casi ya no oigo que los jóvenes quieren ser funcionarios, sino que quieren trabajar más en estas startups y no en grandes corporaciones, que han dejado de ser sexys. Eso supone un gran cambio. Las corporaciones también son muy conscientes, aunque queda mucho por hacer.
Es un aprendizaje compartido, es un mundo nuevo para todos. Los competidores son más peligrosos si no sabemos de dónde vienen. Debemos aprender a reinventarnos. En este cambio no pueden estar sólo unos pocos convencidos, sino que toda la corporación tiene que estar convencida.
También hacen falta cambios legales, como por ejemplo la parte fiscal, el visado de talento (vivimos en un mundo sin fronteras)… Tenemos un país maravilloso y con un talento increíble, así que es muy probable que dentro de un campo técnico se quieran establecer aquí compañías muy competitivas. No hay que ponerle tantas puertas al campo. Lo mismo pasa si es una startup la que se quiere ir fuera.
La innovación tiene que ser rentable. Es cierto que en España ha habido grandes inversiones y rondas de financiación de startups, pero también casos como el de jobandtalent, con un inversión y una reestructuración grande en un corto período de tiempo…
Es fundamental ganar dinero. En el caso de jobandtalent estoy segura de que la orientación que le están dando al negocio va a ser la correcta y que les va a disparar en el mercado.
Todas las startups tienen que encontrar cuál es su posición y orientación, aunque no hayas levantado tanta rondas de financiación. Pero es algo que a mí me ha pasado siempre como empresaria: hasta que encuentras tu foco tienes que trabajarlo mucho. Hay muchas startups en España que tienen el foco muy centrado y que están saliendo hacia arriba.
Cuando decimos que la clave es el equipo, es que es así. Hay veces que tienes que tener un determinado equipo y no con el que cuentas en estos momentos. Es cuando hay que reestructurar. Quizá necesitas menos personas pero con un determinada cualificación. Hay veces que se reduce el equipo no porque no tengas rentabilidad, sino porque el equipo que tienes no es el que necesitas para tu futuro. El tema de las personas es clave y hay que tener el tipo de perfiles adecuados para sacar adelante el proyecto y llevarlo con éxito.
Se habla mucho de startups y cada vez hay más. ¿Estamos ante una burbuja?
Todo lo contrario. A mi manera de ver, ojalá este tema vaya a más, porque lo necesitamos. En un mundo que se mueve a velocidad de vértigo, las personas quieren ser cada vez más dueñas de sus proyectos. Las empresas tienen que cambiar sus estructuras para volver a ser sexys. Hay que fomentar esa convicción de montar negocios por tu cuenta. Eso nos va a aportar una verdadera innovación, va a permitir que las organizaciones sean más flexibles y atraigan a esas personas. Necesitamos startups para que lleguen a acuerdos con otras organizaciones y esto no desaparezca.
Creo que esto no ha hecho más que empezar. No es una moda ni una respuesta al paro. Va a seguir así a largo plazo, no me cabe la menor duda.
¿Hay sectores más adecuados o propensos que otros a la hora de emprender en España?
En España se puede innovar y emprender en todas las industrias. En algunas son más fáciles (las que inicialmente se concebían para las startups, es decir, lo digital porque es más barato). Pero la tecnología es hoy una commodity. El poder desarrollar ya no cuesta dinero, por lo que se pueden generar startups en cualquier parte.
Se empezó con los medios, con la música, el vídeo… pero se ha ido trasladando a todos los sectores. La banca, por ejemplo. La industria financiera está viviendo una revolución que es impresionante. Tiene competidores que han salido desde donde menos se esperaba. Facebook o Google, que se concibieron con otro concepto y que, sin embargo, están siendo ahora competencia para las entidades financieras.
Pero en el automóvil pasa lo mismo. En la mente de la gente joven, en muchos casos, además de los coches autónomos sin conductor, también han cambiado los gustos. Ya no valoran comprar un coche y mucho menos de una marca. Todo cambia. Hay muchas empresas de infraestructura y energía que están metidas en el tema de Spain Startup. Oportunidades hay en todos los sectores.
Usted es una de las personas referentes en emprendimiento. Es mujer, tiene 62 años y formación en letras. Es la antítesis de la imagen del emprendedor de startup (varón, joven y de ciencias)…
Sí, efectivamente, soy la antítesis del paradigma de emprendedor. Soy la demostración -pero no la excepción que confirma la regla- de que si quieres, puedes. Esto no va de ADN, sino de que de verdad te convenzas de que puedes. La buena noticia es que cada vez hay más gente que se convence: da igual que sea mujer, de letras, que tenga hijos… Da igual tu condición.
¿No hace falta entonces tener una visión tecnológica para montar una startup?
No. La tecnología hoy en día es transversal. Sea de lo que sea la empresa, siempre tienes que tener una base tecnológica. Si tu no tienes esa formación, necesitas un socio o un partner que tenga un perfil claramente tecnológico. Yo soy de letras y no tengo ni idea de ordenadores pero tengo lógica, algo que tenemos todos los que estamos metidos en este negocio. La lógica es fundamental. El sentido común. Necesitas al tecnólogo pero el tecnólogo nos necesita a nosotros también. De nuevo, es la importancia del equipo, de las personas. Si todos son tecnólogos en la empresa, mal vamos.
¿Por qué emprenden menos las mujeres?
Todos los años publicamos el índice de emprendimiento de las mujeres. Este año no ha crecido y me di con la cabeza en la pared, porque pasamos del 18 al 17 %. A lo mejor este año nos encontramos con el 19, pero es un dato que no crece. Siempre pido colaboración para que, entre todos, convenzamos a la mujer de que merece la pena emprender.
Tenemos la posibilidad de decidir y es algo maravillos, pero luego recibimos muchos mensajes que es no son los correctos. Por eso es importante que todas las fuerzas vivas y las que tienen una mínima capacidad de influencia digamos bien alto y bien claro que somos buenos y que todos tenemos la misma capacidad. Debemos trasladar el mensaje a las mujeres de que merece la pena y que hay muchas maneras para hacerlo.
Entiendo perfectamente que quieras disfrutar de otras cosas (que no tienen porqué ser la familia y los hijos). Las mujeres tenemos la capacidad de decidir y la libertad de hacerlo. Cada vez vemos más hombres que asumen muchas funciones de las que tradicionalmente han sido ejercidas por la mujer. No es ayudar, es compartir. Cada vez hay más parejas que comparten y eso es maravilloso.
Creo mucho en el círculo virtuoso y que los mensajes son determinantes. Me dicen que soy muy optimista, pero es que yo me lo creo a pies juntillas. Creo en el mundo oportunidades que tenemos. Creo, de verdad, que se puede, pero sabiendo que cuesta mucho trabajo y que hay otras alternativas.
El emprendimiento tiene otra cosa maravillosa: puedes montar una startup global. La rapidez y la innovación, el crecimiento rápido, la escalabilidad y la mentalidad global normalmente requiere un ritmo muy rápido de trabajo. Pero puedes montar proyectos. Yo empecé a montar proyectos porque quería trabajar y ocuparme de mi familia. Cuando eres emprendedor, igual que cuando eres freelance, tú decides tus tiempos y eso es maravilloso. Sabemos que las cosas no son fáciles, pero yo me siento una privilegiada.
También cuesta que las mujeres emprendedoras quieran tener visibilidad. ¿Por qué?
Es verdad que las mujeres no quieren salir y dar la cara. Influyen muchas cosas. Mi gran problema es el tiempo. Es verdad que yo soy una convencida de todas estas cosas y, como de verdad me lo creo, lo tengo que transmitir y tengo que estar aquí. Pero entiendo perfectamente a la gente que dice que no tiene tiempo para los medios.
Si soy una persona pública y visible, ese tiempo que tengo se lo tengo que quitar a otras cosas y hay gente que no está dispuesta. También es verdad que hay muchísimas menos emprendedoras mujeres que hombres. También a mí me cuesta encontrarlas para el South Summit, aunque intento permanentemente que siempre haya alguna mujer. No sabes lo que me cuesta. Hay veces que no lo consigo. Pero hay que darles visibilidad: como inversor, como emprendedor… cuanto más raro sea el perfil, más quiero que haya mujeres. No siempre lo consigo, pero lo intento.
Por Arantxa Herranz