Las microempresas son, a pesar de su reducido tamaño, un importante elemento de la economía de cualquier país.
La definición de microempresa
El término microempresa es, fundamentalmente, legal. Dependiendo de las circunstancias puede cambiar de un país a otro. También es posible que, en el seno de un mismo Estado, pueda variar la definición dependiendo del empleo para el que se usa.
Por ejemplo, el Reglamento (UE) nº 651/2014 de la Comisión o la Recomendación de la Comisión de 6 de mayo de 2003 sobre la definición de microempresas, pequeñas y medianas empresas denomina como microempresa a “una empresa que ocupa a menos de 10 personas y cuyo volumen de negocios anual o cuyo balance general anual no supera los dos millones de euros”.
[hde_related]
Sin embargo, por ejemplo, en el ámbito contable español, el Plan General de Contabilidad de Pequeñas y Medianas Empresas establece que, para poder aplicar los criterios previstos para las micropymes, el activo debe ser inferior a un millón de euros, en lugar de los dos millones establecidos en las normativas europeas antes citadas.
Por lo tanto, estamos hablando de las empresas de menor tamaño, pero los requisitos pueden ir variando con el tiempo y en función de las circunstancias y propósitos para los que se emplea la definición.
¿Qué importancia tiene que una empresa sea o no calificada como microempresa?
Empleando o no el término microempresa, micropyme, empresa de reducida dimensión u otro semejante, lo cierto es que diferentes clases de normas aplican regímenes total o parcialmente distintos a las empresas de menor tamaño. Es el caso, por ejemplo, de aspectos como estos:
- Los principales impuestos como el impuesto sobre sociedades, el IRPF o el IVA.
- Las normativas contables y de auditoría de cuentas.
- Los programas de ayudas y subvenciones.
- La legislación de protección de datos.
- Determinados aspectos de la legislación laboral.
¿Dónde encontramos microempresas?
Son muy representativas en algunos sectores agrícolas y ganaderos y, en menor medida, pesqueros. También son frecuentes en pequeños talleres industriales y artesanos. Igualmente, son abundantes en algunas actividades de servicios personales, comercio, de mantenimiento, reparación, pequeños locales de hostelería, etc.
En general, este tipo de microempresas destaca por su sencillez y el empleo reducido de medios, tanto materiales como humanos.
Por otro lado, encontramos microempresas que buscan, principalmente, independencia. Sus promotores prefieren, por el momento, conservar personalmente un grado elevado de control o supervisión sobre las actividades de la empresa, que solo pueden mantener con un tamaño reducido.
No obstante, eso no significa que descarten necesariamente iniciar proyectos más grandes en el futuro o establecer contactos con otras personas y entidades a las que ceder parte del control.
Entre este tipo de microempresas destacan algunos despachos de profesionales liberales participados por un reducido número de socios y ciertas startups que inician sus actividades con pocos medios.
¿Cómo funcionan las microempresas?
En general, existe una persona que controla las actividades más estratégicas de la microempresa. Puede ser el propietario o alguien de su confianza. Suele ser habitual que desarrolle muchas de las labores que, en una empresa de mayor tamaño, serían encomendadas a departamentos diferentes.
A su lado, puede haber varios empleados trabajando en labores auxiliares o tareas específicas de gran importancia para el negocio. Con todo, es imposible cubrir todas las necesidades de una empresa con menos de 10 personas. Por ello es habitual que muchos trabajos sean contratados a empresas externas.
Para la mejora de su productividad, tienen que lidiar con algunos retos frecuentes:
- La realización de inversiones. Es importante no solamente para dotar de medios a los empleados, sino también para introducir tecnologías y formas de trabajo nuevas.
- La capacidad de replicar el conocimiento adquirido en el negocio a otros entornos.
- El acceso a personal altamente especializado.
- La capacidad de delegar de los jefes del negocio.
- La planificación de la retirada del empresario y las posibilidades de sucesión, venta o liquidación del negocio.
Ser una microempresa en un entorno VUCA es todo un reto. Hay que tener una gran capacidad de adaptación y superación. Muchas empresas medianas y grandes que han tenido éxito han pasado previamente por experiencias semejante.
Imágenes: iStock