La tecnología basada en el análisis masivo de datos no solo mejora procesos en los bancos, las eléctricas o las entidades que gestionan el tráfico de una ciudad, sino que también puede cambiar a mejor las cosas en lugares tan aparentemente atípicos como un campo de cultivo o una explotación ganadera.
El granjero irlandés Niall Austin perdió una novilla y a su cría en un parto difícil en 2010. Austin tenía la teoría de que un dispositivo para medir el movimiento de la cola de las vacas podría predecir el inicio del parto y minimizar los índices de mortandad en este tipo de explotaciones.
Ese fue el germen de Moocall, una startup asociada a Enterprise Ireland, la agencia de capital riesgo del Gobierno irlandés, y que hoy es sobre todo conocida por su producto Moocall Calving Sensor: un sensor de parto bovino que permite a los ganaderos saber con antelación cuándo nacerán los terneros. Después de años de pruebas, el dispositivo llegó al mercado en enero de 2015 y desde entonces se han vendido más de 30.000 sensores en 61 países. Solo en España, 700 granjas ya confían en esta tecnología. [hde_related]
Los promotores de esta agritech sostienen que su aparato tiene más de un 95% de precisión interpretando los patrones de movimiento de la cola provocados por las contracciones y recopilando cientos de datos por segundo. Cuando esos movimientos alcanzan un cierto nivel de intensidad durante un período de tiempo determinado, el dispositivo detecta que se acerca el momento del nacimiento y envía un SMS de aviso al ganadero.
Eso suele ocurrir una hora antes del parto, según explica Alberto Cisterna, director de Enterprise Ireland en España. “El algoritmo que incorpora el dispositivo detecta este movimiento específico y es capaz de distinguirlo del comportamiento habitual de la cola, lo que le permite calcular la duración e intensidad de las contracciones”, recalca Cisterna.
El sensor recopila aproximadamente 600 datos por segundo. En el momento en que esta información coincide con lo establecido por el algoritmo, se activa la primera alerta. Si se prolonga, entonces el dispositivo envía una segunda alerta (todas ellas vía SMS, email y a través de notificaciones en la app móvil). “No obstante, no todos los partos son iguales y, en ocasiones, el margen de aviso es más corto. Habitualmente esto coincide con las vacas más mayores o las vacas lecheras. También se da el caso contrario, cuando se producen complicaciones o partos difíciles, por lo que el lapso desde el aviso puede ser más largo”, matiza Alberto Cisterna.
Cada sensor cuesta 329 euros
Moocall Calving Sensor tiene un precio de 329 euros. Esto abarca tanto el dispositivo físico como la licencia de uso y servicio del software por 12 meses, a renovar pasado dicho periodo. Además, un solo sensor es suficiente para gestionar unas 30 vacas, y tres pueden abarcar sin problema una ganadería de 100. “Incluso rebaños con mayor número de vacas podrían gestionarse con unas cinco unidades”, calcula el responsable de Enterprise Ireland.
En explotaciones con cientos de animales, se trata de una ayuda impagable. Actuar a tiempo marca una gran diferencia en la prevención de enfermedades en los terneros, y se traduce en una disminución del 7% en la tasa de mortalidad. El simple hecho de estar presente en el parto para ayudar al animal o, si es necesario, llamar al veterinario, tiene un impacto beneficioso en su salud y bienestar.
Tecnología frente al reto demográfico
El dispositivo, que ha competido por varios premios tecnológicos en el Reino Unido y en Irlanda, es un ejemplo de la pujanza del agritech, es decir, de las nuevas tecnologías aplicadas al sector agropecuario. La facturación global del agritech en 2016 ascendía a algo más de 2.700 millones de euros, pero la agencia de innovación británica Satellite Applications Catapult calcula que en 2030 llegará a los 13.100 millones.
De acuerdo con un estudio elaborado por Frost and Sullivan, entre el 70% y el 80% del equipamiento agrícola que se vende actualmente incorpora algún componente de alta precisión. La aplicación de estos avances será clave para afrontar el reto demográfico que encara la humanidad, puesto que las previsiones hablan de que se alcanzarán los 10.000 millones de habitantes en 2050, un 30% más que en la actualidad, y para abastecernos necesitaremos producir, con unos recursos limitados, un 70% más de alimentos.
Imágenes | Moocall