A la hora de incorporar a un nuevo trabajador, tan importante es que este sea el candidato ideal como que su proceso de adaptación se produzca de manera orgánica y eficiente, ayudando a que se sienta integrado.
Este el objetivo del onboarding por gamificación, una estrategia en la que se introducen elementos de juego para hacer esa transición al nuevo puesto mucho más sencilla e incluso divertida [hde_related]
Las cifras demuestran que estas iniciativas incrementan la productividad y los índices de retención. Un estudio de la agencia Aberdeen asegura que el 66 % de las empresas que emplea onboarding por gamificación consigue una mayor asimilación de su cultura empresarial y que la probabilidad de que el empleado permanezca en la empresa al menos tres años crece en un 69 %.
Las ventajas del onboarding por gamificación
El objetivo es mejorar la experiencia del empleado en unos inicios que pueden resultar críticos, pues el 25 % de los abandonos se da en los 45 primeros días. Los elementos de juego servirán para enseñar cuestiones básicas como las responsabilidades de su puesto o la forma de organización de la empresa, pero también quiénes son sus compañeros o los valores de la marca.
Usar elementos gamificados permite completar las tareas de aprendizaje de forma estructurada y controlada, sin pasar al siguiente nivel hasta que el trabajador haya asimilado completamente la fase anterior, por lo que se ahorra en tiempo y esfuerzo.
Además, el empleado recibe una excelente primera impresión de la organización, que se preocupa por hacerle más interesante y gratificante su aterrizaje. Es una forma de lograr una rápida conexión entre compañía y empleado, lo que estimula sus ganas de seguir aprendiendo y contribuye a que se implique en cada proceso.
En el estudio ‘The Neuroscience of Gamification in Online Learning’ se explica que, a través de la gamificación, la mente humana es capaz de asimilar y retener más fácilmente cualquier dato. Ello se debe a que la persona siente que tiene el control de la experiencia de juego y a que se estimulan las regiones del cerebro que atienden a emociones como el reconocimiento por el trabajo bien hecho o la sensación de progreso. Se conecta lo lúdico con un ámbito que en un principio podría parecer tan alejado como el de la responsabilidad laboral.
¿Cómo ponerlo en marcha?
Las empresas que quieran implementar una estrategia de onboarding por gamificación pueden crear herramientas digitales en las que se enseñen los primeros pasos en la empresa, cuál es la disposición física de los elementos que se van a utilizar o cómo se estructuran los diferentes departamentos, entre otros.
Es importante que la información que se dé sea sencilla y precisa, que se asimile rápidamente y estimule las ganas de continuar. Es posible usar pequeños recursos de gamificación en cualquier parte del procedimiento, por ejemplo, sustituyendo los procesos clásicos de instrucción. También es muy práctico premiar a los empleados con algún tipo de insignia que verifique el aprendizaje de las distintas fases, así como incorporar instrumentos con los que puedan ofrecer su opiniones y sugerencias.
Pero, igualmente, también se puede optar por algunas de las herramientas y apps que ya existen en el mercado:
- Gameboarding. Consiste en cuidar a una mascota virtual al más puro estilo Tamagotchi. Esa atención se consigue ejecutando tareas como ver vídeos informativos o interactuar con un departamento. La mascota es totalmente personalizable para que pueda identificarse con los colores o la simbología de la empresa.
Además, es posible seguir el progreso de los nuevos empleados, obteniendo información sobre cuánto tiempo se tarda en completar cada fase y de qué forma se consigue. Ese feedback podrá optimizar la experiencia de onboarding.
- Leaning Park. En este caso, la protagonista es una ciudad virtual, que irá agrandándose, haciéndose más bonita o incorporando mobiliario urbano a medida que los trabajadores vayan completando cursos online. Asimismo, existen una serie de minijuegos para que los empleados se ‘reten’ entre sí y traten de alcanzar la primera posición.
Al igual que en el caso anterior, ofrece un apartado con diferentes estadísticas en las que valorar datos como el progreso o lo errores más comunes.
- Catalogus. Una solución específica pensada comerciales y empresas con un alto volumen de stock. A través de sus minijuegos, los empleados aprenden cuáles son los productos de la empresa y sus características. Se fundamenta en la repetición y mejora de los logros, para repasar y afianzar esos conocimientos.
Algunos ejemplos
Hay muchos casos de éxito en el mundo del onboarding por gamificación. Uno de los más conocidos es el de Domino’s Pizza. La franquicia de comida rápida encargó a una empresa externa un minijuego para encontrar nuevos empleados entre los usuarios que lograban más puntos elaborando pizzas y combinando ingredientes.
Por su parte, la marca L’Oréal recibió el premio Top Corn D’Or en 2011 por su app ‘Reveal’. Se trata de un juego en el que los aspirantes deben convertirse en mánagers de una empresa virtual y controlar aspectos como el plan financiero, la cadena de fabricación o los mensajes publicitarios. En la campaña de reclutamiento de 2013, quien lograba 7000 puntos, conseguía una entrevista de trabajo.
Para terminar, podemos hablar de la cadena de hoteles Marriot. En una línea que recuerda a ‘Los Sims’, crearon ‘My Marriot Hotel’, un software en el que los jugadores debían demostrar sus habilidades a la hora de gestionar su propio hotel. No solo les sirvió para reclutar a nuevos empleados, sino también para disparar su popularidad en redes sociales.
Imágenes | Mimi Thian, Brooke Cagle on Unsplash