La compra de una vivienda es una de las inversiones económicas más importantes de nuestra vida, quizás la fundamental. De modo que cualquier ayuda profesional es de agradecer en un proceso que suele ser agotador y estresante.
Por ello no es de extrañar que en los últimos años se haya hecho un hueco en el mercado inmobiliario español una figura importada de los países anglosajones: el Personal Shopper Inmobiliario (PSI).
Tanto es así que estos profesionales ya se han organizado en la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI). Esta figura se define como «un asesor inmobiliario que se posiciona y defiende, de forma exclusiva y determinante, los intereses de su cliente comprador o inversor«.
Y es que, mientras una inmobiliaria tradicional desempeña una labor de intermediación entre las partes -comprador y vendedor- en el proceso de adquisición de una vivienda, el personal shopper representa únicamente a su cliente y velará por satisfacer sus intereses. Pero, ¿cómo trabajan estos profesionales que nos pueden ayudar a ahorrar tiempo, dinero y quebraderos de cabeza?
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Entrevista para conocer las necesidades del cliente
Lo primero es conocer las necesidades y motivaciones del cliente mediante una entrevista personal, señala la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario, surgida en 2013, en su página web. En esta reunión, se detallan los criterios comúnmente más valorados, como el barrio, las dimensiones de la casa deseada, antigüedad, estilo, distribución, precio, servicios comunitarios y equipamiento de la zona. Estos personals shoppers –evolución de los nacidos en los años 80 vinculados al mundo de la moda- comprueban que la vivienda no esconda sorpresas, como que la finca esté en buen estado y no arrastre problemas ni afectaciones, e incluso cómo son los vecinos.
Firma de un contrato de servicios y provisión de fondos
Una vez definido qué quiere el cliente, «se firma un contrato de servicios donde se describen las características de la búsqueda, los servicios contratados y en el que se incluye el coste final de los servicios, así como un importe de gastos iniciales en concepto de honorarios por la búsqueda que se descontarán del coste total», apunta la AEPSI. “El importe final de los servicios se devengará en varias fases: firma de la reserva, firma del contrato de arras y firma de la escrituración”.
A diferencia de las inmobiliarias, que suelen funcionar con un porcentaje sobre el precio de la casa, los honorarios profesionales del personal shopper suelen ser una cantidad fija, en función del encargo del comprador y su dificultad, con el fin de que su imparcialidad no quede en tela de juicio.
Búsqueda y visitas
Una vez firmado el encargo, el PSI realiza la búsqueda del inmueble por distintas vías, explorando la totalidad de la oferta. Visita las casas que cumplan las condiciones predeterminadas y presenta al cliente un documento con una selección de ellas.
Elección
Cuando el cliente manifiesta interés por un inmueble en concreto, y tras investigarse su situación legal y técnica, se inicia el proceso de negociación del precio. Una vez alcanzado un acuerdo, el personal shopper inmobiliario prepara lo necesario para la firma de los diferentes documentos: documento de reserva, contrato de compraventa y escritura notarial.
Servicio posventa
Los servicios del PSI no acaban con la compra de la casa, recuerda la AEPSI. También asesora al cliente en los trámites posventa: cambios de titularidad, entrega de documentos a organismos públicos, consultas técnicas, etcétera.
“Uno de cada cinco compradores se arrepiente tras haber comprado la casa”, afirman Jordi Clotet y Helena Gallardo, autores del libro ‘Personal Shopper Inmobiliario, el método Nexitum’. “La compra de un hogar se basa en un alto porcentaje en aspectos emocionales, y en muchas ocasiones la ilusión de comprar un inmueble concreto y el miedo a que se anticipe otro comprador hace que se descuide verificar puntos imprescindibles del checklist que garantizan la compra segura y óptima”, señalan Clotet y Gallardo en el libro. Algunos de los puntos más olvidados entre los compradores descontentos, según estos autores, son el tipo de vecinos con los que van a convivir, el estado de la finca y los gastos inherentes a la propiedad que se adquiere.
Comprar desde la razón
A juicio de ambos, detrás de la compra debe haber razones objetivas y reales. “Aconsejamos enfocar la compra desde una doble mirada: el atractivo de las características de la vivienda y su localización. En esta doble perspectiva está la clave del acierto, tanto en relación a los objetivos actuales como a su futuro valor de mercado”. Porque, según aseguran, uno suele acabar viviendo donde puede, más que donde quiere, “pero muchas veces desconoce que podría vivir donde quería”.
Quizás muchos piensen que se trata de un servicio al alcance de unos pocos, pero, según estos personals shoppers, nada más lejos de la realidad. Tal y como afirman, cualquier persona que pueda permitirse comprar una vivienda puede hacerlo con la ayuda de un PSI, debido a que en la mayoría de las compras es precisamente este profesional el que le garantiza el mejor precio en el global de la operación.
No obstante, el consumidor deberá escoger a un personal shopper inmobiliario de verdad para evitar decepciones. Estos profesionales al servicio exclusivo del comprador dan un consejo: la mejor forma de hacerlo es ver que no tenga inmuebles a la venta. Si vende pisos, es una inmobiliaria.
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