El ratio de tesorería es uno de los cocientes que nos pueden ayudar a mantener bajo control nuestra liquidez. Intenta buscar un equilibrio entre la escasa rentabilidad que ofrecen los activos más líquidos y la necesidad de asegurar una puntual capacidad de pago en todo momento.
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Qué es el ratio de tesorería, qué mide y cómo se calcula
El ratio de tesorería la podemos definir a través de la siguiente fórmula:
RATIO DE TESORERÍA = (TESORERÍA + INVERSIONES FINANCIERAS TEMPORALES) / PASIVO CORRIENTE
Vemos que en el numerador tenemos:
- La tesorería, que incluye el dinero mantenido en caja (billetes y monedas) y en cuentas bancarias (cuentas corrientes, cuentas de ahorro). Incluso, podemos incluir determinadas inversiones financieras a corto plazo de gran liquidez, como aquellas que tienen un vencimiento no superior a tres meses desde la fecha de adquisición, que no tengan riesgos significativos de cambio de valor y que formen parte de la política de gestión normal de la tesorería de la empresa.
- Inversiones financieras temporales. Aquí incluimos otros activos que podemos convertir en dinero en el corto plazo.
En el denominador tenemos el pasivo corriente, que nos está marcando las deudas que tenemos que atender a lo largo del ejercicio.
Por lo tanto, lo que pretendemos medir es hasta qué punto tenemos activos de elevada liquidez para pagar las deudas. En cierto modo, es una manera de analizar el ‘colchón’ del que disponemos para realizar los pagos en el caso de que los flujos de caja no sean los esperados.
Valores óptimos
Los valores óptimos pueden variar de una empresa a otra. En general, suelen rondar del 0,2 al 0,3. De todos modos, hay que tener en cuenta algunas consideraciones:
- El período medio de maduración. Por ejemplo, un ciclo de explotación largo o sujeto a frecuentes variaciones bruscas reclamará mayor ratio. Mientras que si cobramos al contado, pagamos a plazos largos y nuestras existencias duran poco en la empresa, tenerlo elevado lastrará la rentabilidad.
- La naturaleza de las existencias. Si pueden depreciarse fácilmente (porque se pasan de moda, por fugas, por deterioro físico…) habría que tener un ratio más elevado. También debemos valorar las condiciones en las que podríamos liquidarlas ante una necesidad urgente de dinero.
- La calidad de la gestión de tesorería puede ayudar a reducir el ratio de tesorería. Es importante contar con buenas previsiones, un adecuado control y herramientas tecnológicas y financieras para hacerlo.
- Las condiciones de la financiación a corto plazo. Por ejemplo, disponer de una línea de crédito con bajos intereses y un límite elevado facilita la reducción del ratio de tesorería.
- La liquidez de las inversiones financieras temporales. No solo nos importan los plazos de vencimiento, sino también los riesgos que pueda suponer la liquidación.
- La proporción de impagados, créditos de dudoso cobro, etcétera. En contextos de elevada morosidad, aumentar el ratio de tesorería da mayor margen y proporciona confianza a quienes quieran contratar con nosotros.
- Este ratio puede sufrir perturbaciones, muchas veces estacionales. Por ejemplo, antes del pago de dividendos o impuestos, puede que se acumule una liquidez que desaparecerá tan pronto como se hayan satisfecho.
- Los condicionamientos generales del negocio. No podemos entender la gestión de la tesorería sin la del conjunto de la empresa. Esta última tiene que favorecer la corriente de cobros y pagos adecuada para compaginar rentabilidad, liquidez y solvencia.
Por qué es importante el ratio de tesorería
Internamente, sirve para buscar un equilibrio entre liquidez y rentabilidad. Nos interesa conocer el ratio de tesorería y su evolución para poder mantener un control. Llegado el caso, si observamos desviaciones significativas, podemos plantear medidas correctivas.
Externamente también es importante mantener un valor razonable. Si es muy elevada, estamos lanzando un mensaje excesivamente cauteloso que puede inducir a la desconfianza. Por el contrario, si es muy reducido, puede generar temor al impago.
Relación con el ratio de liquidez y el ratio de disponibilidad
Las tres comparten un mismo denominador, pero distinto numerador. La de tesorería muestra una versión intermedia entre las otras dos. El ratio de disponibilidad solo incluye en el numerador la tesorería. Mientras, el de liquidez incluye todo el activo corriente; es, en definitiva, una forma de mostrar en formato de cociente el concepto de capital circulante.
Analizando los tres no solo valoramos la liquidez que nos proporciona el fondo de maniobra o capital corriente, sino su composición. Realmente, del conjunto de activos que hay en una empresa, no todos tienen la misma facilidad para convertirlos en dinero ni aportan idéntica rentabilidad.
Por lo tanto, debemos analizar cada tipo de activos corrientes de una forma más individualizada, pero relacionada con las demás. Con estos ratios, obtenemos una visión de conjunto.
El ratio de tesorería es un punto de referencia que toda empresa debe controlar. Es necesario ponerlo en relación con otros datos y circunstancias que lo sitúen en su contexto.
Imágenes | Kelly Sikkema, Adnan Elezovic, Adeolu Eletu, LinkedIn Sales Solutions