Hacer un plan de negocio es uno de los pasos por los que tiene que pasar necesariamente el emprendedor, ya sea para buscar un socio, planificarse o presentarlo al banco.
Aunque no es fácil hacer el plan de negocio perfecto, a continuación, anotamos los siete trucos que debe saber todo aquel que tenga que enfrentarse a su ideación.
Léete cien planes de negocio
Antes de empezar a redactar el plan, es conveniente que sepas lo que está bien y mal a la hora de redactar el tuyo. Una posibilidad es hacer cualquiera de los numerosos cursos que se ofertan, pero puedes hacer algo más ágil.
Localiza al menos cien planes de negocio distintos, de sectores diferentes, de distintos niveles y léelos todos. Con esa base serás capaz de discernir entre ellos, y hacerte un pequeño experto en la redacción para el tuyo, pudiéndote inspirar fácilmente en los que has podido leer y fijarte en cómo está escrito cierto apartado o expresado tal concepto del negocio.
Cuida la imagen del plan
La imagen del plan de negocio es una parte importante, por lo que debes cuidar todos los detalles, incluir el logotipo (si lo tuvieras) y personalizar todos los apartados de manera que el documento desprenda los valores de tu empresa.
Acciones sencillas, como darle un formato acorde a la imagen corporativa, o incluir fotos, cuadros resumen, llamadas al texto, gráficos, esquemas, etc., facilitarán la comprensión, la lectura y atraerán la atención del lector.
Asegúrate de dar respuestas
Tu plan de negocio debe dar respuesta a diversas cuestiones clave, entre ellas:
– ¿Qué solución aportas al mercado?
– ¿Cuál es tu propuesta de valor?
– ¿Quiénes y cómo son tus clientes?
– ¿Cuáles son los canales a través de los que venderás tu producto?
– ¿Cómo vas a dar tus productos a conocer?
– ¿Cómo se genera dinero en tu negocio?
– ¿Cuánto dinero necesitas y en qué lo vas a emplear?
Genera una estructura de documento
La estructura del documento es la que va a dar respuesta a estas preguntas, y sea cual sea la misma debería reunir varios criterios:
– Que sea coherente
– Que tenga un hilo conductor desde el principio hasta el final
– Que respire sentido común
Tu plan podría presentar una estructura en la que debiera destacar la presentación de la empresa, el resumen ejecutivo del proyecto y el equipo de promotores. Igualmente deberá incluir apartados explicativos de la idea, los servicios/productos, evolución del sector de actividad, los competidores, la localización, análisis de los clientes, marketing, recursos humanos y técnicos y el análisis económico financiero.
Completa cada argumento con datos
El resultado de un buen plan de negocio es directamente proporcional al esfuerzo y empeño que se ponga en su elaboración. No vale sólo con escribir, deberás esforzarte por argumentar sólidamente.
Para esto, es conveniente buscar información y datos que respalden cada afirmación, por lo que deberás dedicar su tiempo a la búsqueda de estudios y páginas de interés, como pueda ser la del Instituto Nacional de Estadística.
No rellenes ningún formulario
No uses ninguna plantilla o formulario, o al menos, si lo vas hacer, transfórmalo y hazlo tuyo, por lo que debes adaptar, cambiar o sustituir los apartados, poniendo aquellos que mejor convengan a la explicación de tu actividad y de tu modelo de negocio.
En este sentido, todo lo que sea hacer el negocio a través de cualquier formulario que encuentres en Internet es un gravísimo error, ya que esto impedirá que se refleje el carácter y los valores de tu empresa, demostrándose igualmente el poco interés que le has puesto a tu plan.
Mezcla los datos económicos dentro con el texto
Muchos planes de negocio separan claramente la parte más explicativa del negocio de la parte económica y de cálculos numéricos.
Un buen truco para que sea un buen plan de negocio está en hacer convivir texto y números, entremezclando las explicaciones de los distintos aspectos del negocio con distintos cálculos numéricos.
A modo de ejemplo, podrás hablar de la segmentación de clientes, de tu público objetivo y ahí mismo desarrollar y explicar los cálculos de las estimaciones de venta, donde se relacione cada segmento de público objetivo, con el número de personas que compran y los importes que facturas de cada grupo.
Por Javier Navarro