Aventurarse en el futuro resulta complejo por la gran dificultad de visualizar más allá de los cambios laborales más recientes. En un mundo dominado por los cambios de la tecnología disruptiva, cualquier hoja de ruta queda pronto desactualizada. ¿Hay modo de saber qué tipo de trabajador existirá?
Muchos expertos han tratado de aproximarse al problema, e incluso establecer los tipos de trabajadores que habrá en el futuro. Parece que hay tendencias que se apoyan en datos sólidos, aunque no faltan las discrepancias. ¿Vamos a un escenario con más o con menos trabajo? ¿Qué es “trabajo”?
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Redefiniendo el concepto de trabajo
Dice el ingeniero Javier Serrano, en su libro ‘Un mundo robot’ (2018), que necesitamos cambiar la definición de “trabajo”. En esta obra analiza en profundidad el fenómeno laboral tras la llegada de una automatización masiva que empieza a extenderse por China, Alemania y EE.UU., entre otros países.
Los expertos más valientes se aventuran a hablar de desligar “trabajo” de “salario” al generar la automatización más capital que el propio capital humano. Pero, mucho antes de eso, probablemente pasemos por alguno de estos modelos.
Los trabajadores del futuro, según Katz y Krueger
Lawrence F. Katz y Alan B. Krueger son dos experimentados economistas —universidades de Harvard y Princeton, respectivamente— que publicaron un estudio en la NBER americana estudiando las tendencias laborales entre 1995 y 2015. Tras dos décadas de análisis, parece que el trabajo tiende a cuatro grandes bloques:
- Autónomos o freelancers. Trabajan con clientes por su cuenta y riesgo para proporcionar productos o servicios como empresarios independientes. Con la llegada de la digitalización y posibilidades como el teletrabajo, muchos trabajadores optan por convertirse en autónomos.
- Trabajadores de guardia u on-call-demand. Son trabajadores disponibles durante unas horas al día, y a menudo reciben encargos vía app desde un pool de clientes. Es una forma interesante de completar horas semanales o añadir un plus al final de la semana, aunque a menudo leemos que algunas empresas usan la fórmula del falso autónomo.
- Trabajadores de empresas de empleo temporal. El trabajador está contratado por la ETT. Esta es la que lo destina a cubrir proyectos puntuales o de larga duración en otras compañías en base a la demanda.
- Trabajadores provistos por empresas contratadas. Se trata de trabajadores que trabajan para una empresa durante una semana, un mes, un proyecto, etc.
La tendencia, para Katz y Krueger, está clara. Aunque solo observaron el mercado estadounidense, es un mercado de referencia. En 2005 solo un 10,1% de los trabajadores se encontraban en alguna de estas categorías. En 2015 sobrepasaban con mucho el 15%. Y sigue creciendo.
Lo que se decía hace unos años de trabajar por proyecto se está volviendo una realidad, ya sea por cuenta propia, vía app puntual, con una ETT que organice tu agenda, u optando a proyectos específicos de corta duración como asalariado.
Las empresas del futuro, según Andy Stalman
Si a un lado tenemos los trabajadores, muchos de ellos funcionando casi como sus propios jefes en muchas ocasiones, al otro tenemos el tejido empresarial donde estos se mueven. Con frecuencia, ellos mismos crearán este tejido. Andy Stalman es una figura conocida del branded, y en su bestseller ‘Humanoffon’ (2016) sintetiza cuatro tipos de empresa diferentes que guardan mucha relación con los trabajadores arriba mostrados.
- Empresas transitorias. Agrupaciones temporales de profesionales con una meta común y precisa, y no solo desde la perspectiva del NIF. Se busca trabajar en problemas concretos con objetivos SMART.
- Expertos. Evolución del freelance pero en una vertiente aún más atomizada. Son personas que han definido nichos o micronichos muy específicos o que aúnan disciplinas aparentemente poco comunes, como diseño de videojuegos y matemáticas teóricas.
- Empresas grandes. Reconocibles porque tienen mucha gente en plantilla. Son grandes en tamaño y cuentan con un capital considerable (pero con muy poca flexibilidad). Contratan a expertos y consolidan empresas transitorias para avanzar.
- Grandes empresas. Desde una perspectiva más humana y quizá un poco romántica, son empresas grandes en actitud, visión, trato al trabajador, impacto social, etc. Grandes empresas y empresas grandes pueden o no coincidir.
¿Y qué hay de los perfiles más demandados?
El tipo de trabajadores o tipo de empresas constituyen tendencias manejables y bastante fiables. Por contra, el perfil de profesional es algo más maleable y cambiante en función de cómo se valora cada profesión con el tiempo. Cada año aparece una nueva lista, a menudo con profesiones inéditas hasta entonces.
Un ejemplo de ello aparece en el ‘IX Informe Adecco’ (2018), que en este caso concreto pretende a responder a la urgente pregunta “¿Dónde encontrar empleo si estás en paro?”. Así, ordenaba 11 profesiones en base a su demanda actual: dependiente especializado en retail, preparación de pedidos en logística, camarero de pisos en hostelería, técnico de mantenimiento en alimentación, etc.
A largo plazo, una lista conocida es la que publica cada año el Bureau de Estadísticas del Departamento de Trabajo norteamericano. Las profesiones con mayor crecimiento previsto hasta 2020 son enfermeros registrados, vendedor en tienda o asistentes del cuidado de salud en el hogar.
En el ámbito específico de los autónomos, el ranking Freelancer.com orienta sobre los perfiles que más crecen, con conocimientos sobre ASP, react.js, XML o análisis estadísticos entre los primeros puestos.
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