Las ventajas de la nube para las pymes son cada día más importantes, como lo muestran instrumentos tan valiosos como, por poner un ejemplo, la centralita en la nube.
Las ventajas no dependen del tamaño
Las mejores tecnologías reclaman software y hardware que, en principio, parecen incompatibles con las pymes. A primera vista, puede dar la sensación de que crear una infraestructura muy ambiciosa es un lujo.
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Sin embargo, es posible gracias a que toda la complejidad no está físicamente ubicada en nuestro pequeño negocio. Es la proveedora la que alberga los medios materiales y humanos necesarios. Gracias a ello, puede prestar el servicio a múltiples clientes, especialmente pymes, que, individualmente, nunca habrían podido acceder a este tipo de infraestructuras.
Que el tamaño de la empresa no importa también lo demuestra que, cuando la empresa crece, tampoco es necesario ampliar la centralita. En realidad, pasa de ser un coste fijo (como el que tendría la instalación de elementos físicos) a uno variable. Esto, además, es una ventaja cuando la demanda disminuye, ya que, en caso contrario, tendríamos ciertos recursos ociosos que disminuirían la rentabilidad de nuestro negocio.
El mantenimiento y la actualización ya no nos preocupan
Los servicios en la nube son mantenidos por sus proveedores. Así, por ejemplo, si hay una avería en los elementos físicos que los sustentan, es al proveedor a quien corresponde arreglarlo. No tendremos que preocuparnos ni de tener personal de mantenimiento ni de contratar un técnico en el momento que suceda una incidencia.
No obstante, el proveedor se preocupa de que el servicio sea lo más robusto posible, ya que de ello depende que pueda prestarlo y, por tanto, percibir sus ingresos. En ese sentido, las tecnologías en la nube son mucho más robustas, ya que cuentan con alternativas de seguridad para los momentos en que algún elemento pueda fallar.
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Tampoco nos preocupan las actualizaciones. Las tecnologías en la nube avanzan de una forma mucho más progresiva y natural. Las versiones desfasadas de software y hardware se convierten en un elemento del pasado. Esto tiene dos consecuencias muy importantes:
- No nos enfrentamos al temido momento en el que hay que implementar (y ver si funciona) una actualización tecnológica de la centralita. Ya lo hace el proveedor por nosotros.
- Las transiciones que reclaman las actualizaciones son mucho más sencillas. Las novedades ya no llegan ‘de golpe’, sino que se introducen progresivamente. El personal se adapta de forma paulatina.
La ubicuidad
La nube no está en un lugar físico, sino que sus servicios se prestan a cualquier lugar con conexión. Ello facilita enormemente el trabajo en movilidad, el teletrabajo y la colaboración de equipos de una misma empresa asentados en localizaciones diferentes.
Además, favorece las comunicaciones en tiempo real. Al ser la nube una tecnología de la que podemos disponer en cualquier lugar, es mucho más sencillo encontrar disponible al interlocutor que deseamos en cada momento.
La ciberseguridad reforzada
La ciberseguridad es un campo que avanza día a día, mucho más deprisa que la seguridad física. Por ejemplo, pensemos en el robo de información sensible. La vigilancia física de un lugar y el establecimiento de medidas físicas para cerrar el acceso son los mecanismos que se emplean desde hace décadas, incluso siglos, en los sistemas tradicionales de gestión de la información. Puede que hayamos cambiado un candado por una contraseña, pero la filosofía es la misma.
En cambio, en la ciberseguridad en la nube se está aplicando continuamente un elemento de gran valor: el conocimiento. Los proveedores de los servicios están permanentemente pendientes de las amenazas, descubren algunas que podrían permanecer ocultas, idean sistemas nuevos para garantizar la integridad y confidencialidad de la información… Su servicio se adapta constantemente a las circunstancias del momento.
La nube ha llegado a nuestras vidas cotidianas para gestionar aspectos como nuestro correo electrónico o las descargas de audio y vídeo que empleamos en nuestros momentos de ocio. Sin embargo, el salto a la nube no se queda ahí: en el mundo profesional cada día se encuentran nuevas aplicaciones y servicios en la nube. Un ejemplo de solución en la nube que hace más sencillo hacer negocios es Big Pyme, la centralita virtual en la nube de Orange, que cuenta con importantes ventajas como, por ejemplo, que:
- No requiere grandes desembolsos.
- Su instalación es sencilla.
- Integra a toda la plantilla, con independencia de que cada uno trabaje desde un lugar diferente.
- Orange se encarga de mantenerla siempre actualizada tecnológicamente, sin que tengamos que preocuparnos por nada.
- Podemos modificar sin problemas las extensiones y servicios asociados a la centralita.
- Incorpora un amplio conjunto de funcionalidades.
Imágenes | Tyler Franta, LinkedIn Sales Navigator, Studio Republic, Mimi Thian en Unsplash