¿Es el verano el mejor momento para emprender?

Llega el verano y, con él, las esperadas vacaciones. Pero aunque uno no tenga unos días de descanso en esta época del año, los meses de julio y agosto tienen otro ritmo: compañeros que se han ido, clientes que no trabajan, empresas que cierran, servicios que no se prestan…

Por eso, en la playa o en la oficina, el verano es un magnífico momento para hacer un alto en el camino, profundizar en nuestros sueños, reflexionar sobre nuestros actos, tomar decisiones para cambiar o no el rumbo y, por supuesto, dar forma a esas ideas de negocio que nos rondan la cabeza desde hace tiempo.

El verano es una oportunidad para impulsar los proyectos propios y sacar el máximo partido a nuestro espíritu emprendedor. [hde_related]

Estos son algunos consejos para aprovechar el sol y el calor, y que las ideas maduren:

Parar para empezar

En ocasiones cuesta entenderlo, pero sí, hay que parar para poder empezar. Con el verano dejamos a un lado el estrés, la exigente rutina, lo que nos permite liberar la mente y dejar espacio para otras cosas. Y es precisamente ahí cuando más lúcidos nos volvemos, cuando los pensamientos brillantes afloran.

Muchos se precipitan a la hora de comenzar un negocio al no contar este con la maduración suficiente. Hay que reflexionar sobre todos los aspectos, incluso sobre los que a priori pueden resultar accesorios, porque pueden tener también un gran impacto a largo plazo.

Sesiones de ‘brainstorming’

Aprovecha que tu mente está descansada y que has cambiado el chip para dedicarte a hacer un brainstorming para ti mismo. ¿Alguna vez te has puesto a ello?  Haz sesiones de “lluvia de ideas” sobre tu proyecto -sus pros, sus contras, tus dudas…-, apuntando todo lo que te venga a la cabeza, sin filtro, para después analizar, discriminar y concluir con algo positivo. Eso sí, hay que hacerlo con la mente relajada. Si acabas de empezar las vacaciones, espera unos días a haber desconectado. Un buen brainstorming puede ser tremendamente revelador.

Pasión

El mejor motor para materializar tu sueño es alimentarte de tu propia pasión, pues tienes que creer en tu proyecto; debe encantarte, enamorarte. Solo así serás capaz de esforzarte y de tener la valentía y la perseverancia para llevarlo a cabo. Convierte tu emprendimiento en tu gran amor de verano, de esos que no se olvidan.

Planificar

Emplea la temporada estival para programar tu agenda y los pasos que necesitas ir dando para sentar las bases de tu negocio y conseguir tus objetivos. Aprovecha sobre todo estas fechas para fijar metas temporales. Cierto, en agosto casi todo está parado; bueno, todo ¡menos tú!

Si planificas de cara a la vuelta de las vacaciones, marcándote objetivos asequibles y priorizando acciones, cuando llegues de tus días de descanso solo tendrás que pasar a la acción.

Si bien es cierto que un proyecto de emprendimiento está impregnado de incertidumbre por naturaleza, en la medida que se pueda hay que concretar todas las cuestiones posibles, dejando el menor número al azar.

Aprender y disfrutar

Que dediques tiempo a trabajar en tu proyecto no quiere decir que no disfrutes del verano.

Investiga sobre tus ideas e infórmate. Es un buen momento para visitar lugares que te sirvan de inspiración, para conocer qué está haciendo tu posible competencia y para sumar experiencias que te aporten, desde una buena lectura hasta viajar o conocer algún sitio nuevo.

Buscar cómplices

Aprovecha el verano para consultar perfiles de LinkedIn, buscar profesionales que encajen con tu actividad y te puedan ayudar o influencers a los que seguir y cuyas ideas puedan reforzar tu emprendimiento.

El camino será más llevadero y agradable si encuentras a personas que te puedan acompañar a lo largo de esta aventura. Personas que te escuchen, te asesoren, te enriquezcan, te animen y te apoyen si resbalas.

Imágenes | iStock